Como si ya tuviera pocas actividades, responsabilidades y quehaceres, dentro de unos días me veré obligada a añadir una más a mi lista. Y si se tratara de una nueva función amena o creativa, si me fuera a aportar algo interesante, o al menos me fuera a divertir un poco... pues bueno, pero no, nada más lejos. Es una tarea ingrata que estoy segura me va a levantar más de un dolor de cabeza: Me toca ser presidenta de mi comunidad. Buf. Buff. Bufffffffff.
Tengo que reconocer, aunque con cierta vergüenza, que soy de las que nunca baja a las reuniones de vecinos. Unas veces porque no tengo tiempo, otras porque se me olvida y otras, las más, porque francamente, no me apetece.
Treinta personas discutiendo y dándole vueltas a
lo mismo una y otra vez, me pueden, la verdad. Ojo que soy coherente y asumo mi
actitud pasiva aceptando sin rechistar lo decidido y pagando religiosamente
cada cuota, cada derrama, cada gilipollez.
Y claro, al no bajar a las reuniones estoy
desentrenada y el cargo me va a venir grande, lo sé, lo veo venir. Me va a
faltar soltura a la hora de rebatir los argumentos del que siempre se niega a
todo, no tendré reflejos para frenar al de las propuestas disparatadas, ¿podré
con la que siempre se queja de la limpieza? ¿y si se me rebelan ya el primer
día? Bueno, con un poco de suerte me gritan todos al unísono ¡dimisión!...
aunque prefiero no hacerme ilusiones...
Sólo cuento a mi favor con que he chupado mucho
"La que se avecina" y bueno, digo yo que algo habré aprendido...
En próximos capítulos os contaré cómo ha sido el
traspaso de poderes, aunque no podrá ser más subrealista que el que me
acaba de contar una amiga que año tras año ve cómo en su comunidad, a
modo de investidura y coronación, el presidente saliente le pasa al entrante,
con toda la solemnidad que el acto requiere, las carpetas de documentos dentro
de una mugrienta bolsa del decathlon a la que ya le falta un asa...
Espero que no me pasen a mi una bolsa de esas,
porque me tocará asistir a las infumables reuniones y poner buena cara, tendré
que aguantar a vecinos coñazos que me den la brasa en el portal, aguantaré
llamaditas los domingos temprano por averías, accidentes o descalabros varios, solicitaré presupuestos, discutiré con el del banco, lo que sea, pero una cutrez semejante, venga hombre, que yo antes muerta que poco trendy! Hasta ahí podíamos llegar.
Mucho ánimo guapa!!,yo de esas cosas paso, se ocupa el hombre de la casa, y no sabes lo que me alegro,no me apetece aguantar a mis vecinos, jeje..
ResponderEliminarSuerte seguro que vas a ser la mejor presidenta de la historia de tu comunidad, jeje!!
Y nos vemos el 15J.
Un besoteee
Uy, yo no me libro... el padre de las criaturas está encantado con su papel de Primera Dama... No tengo nada que hacer!
EliminarMientras iba leyendo yo también pensaba en "La que se avecina", jajajajaja! Confieso que una de las cosas que me encantan de no ser propietaria de mi casa es no tener que pasar por ese calvario...Ánimos!!!
ResponderEliminarJo, qué bien lo has definido... calvario!
EliminarY eso que, en general, somos una comunidad bien avenida, que si no...
Buff, a nosotros todavía no nos ha tocado.
ResponderEliminarEstoy segura de que esa cutre-bolsa la vas a cambiar... no te esmeres mucho que nadie te lo agradecerá.
Que la fuerza te acompañe!! ;)
Eso, eso, la fuerza... y que no me haga pasarme al lado oscuro que la lío...
EliminarAnimos amiga, se que va a ser duro por eso nosotros vendimos el piso y nos compramos una casa, y no te preocupes si se te revelan,les pones una junta de suspensión y les confiscas el felpudo, hombre ya.
ResponderEliminarYa verás cuando empiece a nombrar vicepresidentes "in nomine pater, fili..." jejejeje
Eliminar