jueves, 27 de diciembre de 2012

Bye, bye...

Ha sido un año muy intenso. Dos acontecimientos nos han marcado irremediablemente. Uno muy malo muy malo y otro muy bueno muy bueno. Supongo que el Universo siempre acaba encontrando el equilibrio.

En el mes de mayo se fue nuestro perrito del alma Veider, y le echamos tanto de menos que no hay un solo día en que no pensemos en él y le lloremos un poquito. 

Pero a cambio la vida quiso darnos un regalazo enorme, y nuestro canijo mayor superó sus alergias alimentarias proporcionándonos una inmensa alegría y sobre todo muchísima tranquilidad. Aún hoy, siete meses después, sigo mirando las etiquetas en el super y escrudiñándole la cara en busca de algún síntoma, imagino que se me pasará con el tiempo. 

Pero al margen de esos dos hechos tan importantes, el resto no ha sido un mal año.Nos hemos reído a más no poder con las ocurrencias de los canijos, les hemos visto crecer y aprender mil y una cosas nuevas.Uno ha aprendido a andar, el otro ha descubierto las películas! Hemos tenido operación pañal, operación chupete y operación puré. Hemos jugado, bailado y cantado cada día como si no hubiera un mañana. Han llorado, han reído, les hemos felicitado, regañado, divertido y abrazado con el sentimiento de no querer perdernos ni un instante de sus vidas. Hemos sentido lo que es el infierno en vida llevándoles de compras o a la fiesta de Navidad del cole. Pero también hemos sentido la felicidad más absoluta cada mañana, cada tarde y cada noche al ver sus caritas sonrientes. 

Al 2013 le pido que sigan así. Con todas sus cosas buenas y sus cosas regulares. Porque es así como les queremos. Con locura. Cuando se hacen pis de la risa y cuando se tiran al suelo en plena rabieta. Y aunque suene a tópico, para nosotros pido salud, energía y tiempo para verlo y para dejar cada recuerdo guardado a buen recaudo en nuestra memoria como si de un tesoro se tratara. El mejor tesoro del mundo.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cactus y más desdichas

En nuestra última junta de vecinos, aquella en la que fui felizmente investida presidenta de la comunidad, los presentes tuvieron la genial ocurrencia de decidir poner cactus en el portal tras sufrir un par de intentos de robo de las anteriores plantas.

Se creó entonces una comisión que se encargaría de elegirlos y comprarlos. Al poco me vienen con las fotos de los seleccionados.
¿Imagináis una aguja de hacer punto de esas kilométricas y afiladas? Pues así era la espina más pequeña del más pequeño de los que pensaban comprar.

Tras el telele fulminante que sufrí, intenté hacerles entrar en razón primero apelando al sentido común y posteriormente a la pedazo de querella que nos iba a caer cuando algún crío se ensartara en las púas cual brocheta de pollo a la parrilla. Así que se disuelve la comisión de compra de cactus y me toca buscar alguno menos agresivo a mí solita. Qué gran sabio Felipe González cuando hablaba de la soledad del poder...

Tras buscar y rebuscar por internet encuentro unos cactus la mar de rebonitos y para nada hostiles y se lo comento a uno de los miembros de la extinta comisión. 
- ¿Pero dan miedo? Pregunta mientras a mí se me levanta la ceja hasta más allá de la línea del flequillo. 
- Pues no, cenutrio, me hubiera gustado añadir. Y ahí está la gracia, en que no dará miedo tocar el timbre de la puerta, ni acercarte al buzón a recoger el correo, ni ver a tus hijos corriendo por el portal, que bastante miedo da la vida ya de por sí, bastante miedo dais vosotros, añadiría, aunque lógicamente, y por ser tan mal momento para vender nuestra casa y organizar una mudanza exprés, esos pensamientos los guardo para mí.

Pero mis desdichas no acaban en tener que encontrar unos cactus no letales, ni en convencer a una pandilla de vecinos jugando a equipo actimel contra los pequeños hurtos comunitarios. No. Como soy una presidenta olvidadiza y encima no tengo a una Soraya que me lleve los asuntos, por supuesto desconozco qué días viene el jardinero y me planto el día previo a la entrega de los cactus con las jardineras llenas de las plantas anteriores y por supuesto un montón de tierra que hay que quitar. 

Volcar las jardineras no es una opción ya que son de piedra y eso no hay Hulk que lo mueva. Hacerme la sueca tampoco, puesto que me dijeron expresamente en el vivero que necesitaban los tiestos libres. Suerte que soy una persona con recursos y poca vergüenza, porque allá que me planté en el portal con la palita de playa de mi canijo, el cubito y toda mi santa paciencia. Que la imagen debía ser de foto. Quizás hasta puede que algún vecino me la hiciera de estrangis y ahora esté circulando a la velocidad de la luz por los wassaps del barrio. Igual hasta me piden la dimisión y todo como a la concejala de los Yébenes. 

Aunque desgraciadamente, no me caerá esa breva.





PS. La foto es un cactus de tela hecho por Chiribambola. No dejéis de visitar su web para ver las cosas tan preciosísimas que hace esta chica.




sábado, 15 de diciembre de 2012

Tea Time!

Estos días estamos todos revolucionados con la iniciativa de Madresfera del madresférico invisible. Menudo poder de convocatoria que tienen, nada menos que noventa y pico blogueros, cada uno de su padre y de su madre y de todos los rincones del país, como locos acudiendo a las oficinas de correos a enviar o recibir regalitos.

Yo he tenido la gran suerte de recibir el regalo de uno de los pocos padres blogueros de Madresfera. Es cierto que cada vez son más, pero entre tanta mami, ellos siguen siendo una minoría. El caso es que quien me ha enviado su regalo ha sido "Padre en reducción". Y me ha encantado, la verdad. 


¡¡¡Tes!!! De varias clases, que huelen que te mueres, metidos en una cajita preciosa de barquitos


Y con la explicación de lo que es cada uno.


Estaba deseando que alguien me introdujera en el mundo del té, así que este regalo no ha podido venirme mejor. Ya por la noche, hice mi primera "cata"


Sólo me queda darle de nuevo las gracias a "Padre en Reducción" y animaros a que os paséis por su blog. Yo ya me he hecho muy fan de la "operación pinza" (que también se estila mucho en mi casa) y de las "Abueladas Nuiii".








miércoles, 12 de diciembre de 2012

La escucha activa, ese gran don

Cómo me gusta sentirme escuchada cuando voy a una tienda a comprar.

Ayer entro en una tienda (de abalorios para más señas) y le digo a la dependienta (la cual estaba bastante ociosa, por cierto)
- Hola, he visto en vuestra tienda online que vendéis soportes para camafeos ¿los tenéis aquí también?
- Si, claro, mira, son éstos.
- De acuerdo, pues quería dos, por favor. 
Pago y cuando me está devolviendo el cambio, me dice sonriente:
- Y toma esta tarjetita, que ahora tenemos también tienda online.

Desde que le hablé por primera vez de su tienda online, hasta que me dio la tarjetita de la tienda online no habían pasado ni tres minutos. Tres minutos. Hasta mi abuela tiene mejor memoria a corto plazo, la verdad.



lunes, 26 de noviembre de 2012

A ver qué ha hecho ahora...

Mi canijo mayor siempre ha sido buenísimo. Desde pequeño han sido raras las travesuras que ha hecho. En eso ha salido a mi, que era tan buena siendo niña que mis tías me dejaban jugar con huevos!. Me podía pasar media tarde metiendo y sacando huevos de una cesta con todo mimo y cuidado. Y ni una baja. Ni una.

Pues bien, demasiado confiados estábamos en que el pequeño nos saliera igual de santo. Ilusos. Éste apunta maneras y además a pasos agigantados. En sólo un par de semanas hemos tenido más avisos que en los casi tres años del mayor. Porque, todo hay que decirlo, de momento sólo han sido avisos, cuando la cosa se ponga seria ya me veo llamando a Super Nanny.

Tenemos por casa sus quinces meses, sus seis dientes y una muela y sus nueve kilos con seiscientos gramos pensando todo el tiempo en qué será lo que le proporcione un buen rato de diversión. Porque la diversión no radica en lo que hace, que en general se decanta por acciones facilonas y rápidas, el cashondeo está en vernos a nosotros resolver sus peripecias... 

Si me miro a los pies, veo dos botas grises, una de ellas lleva un precioso cordón gris a juego, no en vano venían juntos en la misma caja, pero en la otra, oh, sorpresa, llevo un cordón anaranjado. Yo no soy de crear tendencias, tampoco daltónica, el motivo de llevar un cordón naranja es que mi pequeño terrorista quitó de la bota el original y decidió esconderlo. ¿Dónde? Si lo supiera obviamente no estaría como estoy. Así que hasta que lo encuentre o tenga tiempo para ir a comprar otro (que será lo más probable), me toca ir de esta guisa.

Martes por la tarde. Estoy en casa con los canijos y no encuentro el móvil. Me llamo desde el fijo y creo oírlo pero como leeeeejos, leeeeejos. Intento seguir el rastro pero es difícil porque apenas se escucha y encima estos dos están montando un pifostio de campeonato. Diez minutos buscando. Diez minutos de los de reloj. Llegué a mirar dentro de la nevera por si lo había metido por error. Hasta que veo que el pequeño se acerca a la lavadora con el mando en la mano, con intención de meterlo dentro. Si, en efecto, para que le hiciera compañía a mi móvil! Le freno y rescato el teléfono sano y salvo, aunque creo que con tanta tensión he perdido un par de kilos. 

El otro día fuimos de compras. Los dos peques y yo. Esto debería ser considerado deporte de alto riesgo, que me río yo del Calleja y sus tiburones, ja! en la Vaguada con dos canijos le quería yo ver, eso sí es un Desafío Extremo y no sus fruslerías! Por supuesto en las tiendas lo tocan todo. Es agotador. Pero ya el colmo fue que en una tienda de complementos el pequeño no se conformó con ir tocando todo lo que alcanzaba desde su sillita, el colmo fue que se colocó un collar!!! Encima de tocón, chorizo!!! Con tan mala suerte que encima rompió el cierre y claro, no me quedó otra que comprarlo, por más cara de madre desquiciada y al borde del infanticidio que le puse a la dependienta. He de decir en positivo, que por lo menos el niño tiene buen gusto, y el collar fácil arreglo. 

Lo que me preocupa es que de momento son trastadas graciosas, que nos hacen reír sin graves consecuencias. Lo que ocurra cuando esos quince meses, seis dientes y una muela y esos nueve kilos con seiscientos gramos aumenten, eso amigos, prefiero ni pensarlo. 










sábado, 20 de octubre de 2012

De colchones y otros demonios...

Tengo un marido especial. Especial en el buen sentido, por supuesto. Y también un poquito en el sentido de "especial", así, como dicho con tonito...

El caso es que tiene una curiosa forma de actuar. Al principio te puede sorprender, pero al cabo de los años la verdad es que le vas cogiendo el tranquillo y hasta te dejas arrastrar por su sinsentido particular. El ejemplo perfecto lo hemos vivido estos días en casa. Y todo por un colchón.

Buscamos una colchonería para poder ir a probarlos. Como vivimos en una ciudad en la que apenas existen
unas trescientas tiendas de venta de colchones, elegimos una a casi treinta kilómetros de distancia. Porque nos mola conducir con mogollón de tráfico, con los pequeños gruñendo en sus sillitas y a todo correr después de un laaaargo día cualquiera, con extraescolar de natación incluida. Allá por el kilómetro mil, en el último polígono de los polígonos, allá que nos vamos. Con alegría, que es como nosotros empezamos las cosas.

En la tienda vivimos lo que he venido en llamar el "infiernoenvida". Un canijo probando todos, TO-DOS,
los colchones de la exposición y otro despendolado aporreando un enorme ventanal y corriendo con los hombros levantados, que así se siente más aerodinámico, por todo el establecimiento.

Una hora intentando escuchar a la vendedora hablar sobre capas, cámaras de aire y viscolástica, que me sigue sonando un poco a blandiblú, y me da un poco de asquito, la verdad. Un hora probando camas con el bolso colgado como la abuela de las chicas de oro y los ojos a lo Leticia Savater apuntando uno hacia cada canijo. Una hora haciendo un esfuerzo sobrehumano por lograr acceder al cerebro del marido y convencerle sutil y telepaticámente de que no elija el modelo más caro.

Mientras yo "controlo" (las comillas no son casuales) a las bestias, él hace fotos de los cartelitos de cada colchón -para comparar precios con otras tiendas, buscar opiniones y tras unas cuantas visitas más, comprar el que más convenza pensaréis... pues no, no sé para qué pensáis, ya os he dicho desde el principio que él es especial.

Tras esa hora, sin mirar más, ni buscar más, ni preguntar, decidimos comprarlo. ¡Ale! ¡que viva la aventura! Ahora no empecéis con eso de -¿y tú por qué no dijiste nada? También os lo he avisado: tras cierto tiempo, ha conseguido arrastrarme a su terreno de insensatez. Yo lo compro convencidísima, en serio, me ha parecido cómodo, es de buena marca y el precio encaja en nuestro presupuesto ¿qué más quiero?. 

Pero lo bueno empieza al llegar a casa. Cuando hizo lo que hace todo el mundo ANTES, repito, ANTES, de comprar cualquier cosa: comparar, informarse, buscar. Da comienzo entonces el "segundoinfiernoenvida": que no encuentra el modelo por ningún lado. Ni opiniones, ni precios, ni nada. Como si procediera de la isla de Perdidos.  Y con ésto le entra la angustia de "a saber qué hemos comprado". Yo al principio mantuve bastante la calma, pero tras un buen rato farfullando, consiguió aumentar significativamente mi nivel de desasosiego. Así que a la mañana siguiente, llamadita a la tienda para dejar en suspenso el pedido.

Conclusión. Todavía estamos buscando. Después de haberlo comprado. Y lo peor de todo es que sé que, cuando acabemos de preguntar, comparar y asesorarnos todo  lo que no hicimos antes, tengo la certeza absoluta de que nos quedaremos con el inicial. Porque nosotros somos así. Entretenidos. Y especiales.






* Es pada mi motivo de odgullo y zatisfación... comentaros que el dibujito...¡es mío!

jueves, 18 de octubre de 2012

¿En serio?


Soy madrileña. Ha nacido en Madrid. Vivo en Madrid. Conozco Madrid. Me gusta Madrid. Por todo ello me pregunto, una y otra vez, ¿en serio no hay nada mejor en lo que invertir que en un macro-complejo de casinos? ¿en serio?

Para los que no lo sepáis, Madrid es una comunidad autonóma pequeña, pero muy rica en biodiversidad. Nuestros escasos ocho mil kilómetros cuadrados nos proporcionan dehesas, hayedos, lagunas, una espectacular sierra, embalses, piscinas naturales, varios parques regionales y reservas naturales… en fin, un extenso abanico de zonas protegidas, con su flora y su fauna y todas sus posibilidades en cuanto a estudio, conservación y disfrute.

Madrid, pese a su pequeñez, cuenta con nada menos que cinco denominaciones de origen en productos autóctonos, aunque son muchos más los que ofrece, y todos ellos de una gran calidad. Vinos, aceite, carne de la sierra del Guadarrama, fresas, melones…  productos elaborados por gentes que creen en lo que hacen,  que quieren lo que hacen y a las que, demasiado a menudo, no se les presta el apoyo que necesitan.

Contamos con tres estaciones de esquí y una enorme lista  de rutas de senderismo para todos los gustos y niveles.

En Madrid puedes encontrar la mayor oferta de ocio de toda España. ¿Qué quieres ir al teatro? Pues podrás elegir entre varias funciones, clásicas, alternativas, musicales, infantiles… lo mismo ocurre con el cine o los conciertos.  O si prefieres ir a la zarzuela. O a la ópera. O incluso al fútbol. Hasta cuatro equipos en primera división. Y no es que yo sea muy aficionada a este deporte, pero tenerlo en cuenta como fuente de ingresos siempre me parecerá mejor alternativa que la que nos propone este señor llamado Adelson con su cara acartonada y sus ridículas exigencias.

Porque Madrid tiene un patrimonio cultural e histórico, que ya de por sí merecería toda esa inversión. Por sus museos, sus edificios históricos, sus parques, sus plazas.  Hasta sus bocatas de calamares y sus cañas de cerveza en tabernas decoradas con preciosos azulejos.

Madrid podría llegar a ser epicentro de la moda, tanto en creación como en venta, pero claro, si se invierte en ello.

Por no extenderme demasiado, se me ocurre también que se podría sacar mucho más partido de las exposiciones, ferias y congresos que a diario se celebran en la comunidad. Pero no.  En vez de apoyar todos estos posibles yacimientos de empleo y crecimiento, los dirigentes de nuestra comunidad han optado por la inversión en un complejo que no saben aún ni cómo definir. Tras unas negociaciones llenas de sombras, le van a dar todo tipo de facilidades legales, no van a escatimar en nada, hasta modificarán la Ley del Tabaco y la fiscalidad si es preciso. Cesión de terrenos, flexibilidad en la normativa laboral… Carta blanca. Han hecho oídos sordos a todas las voces que se han alzado en contra. Porque alrededor del juego  ya sabemos lo que se cuece: prostitución, blanqueo de capitales, proliferación de las mafias, turismo de baja calidad. Porque no imagino yo a los viejos-verdes que vendrán a pasar una buena noche (lo que pase en Madrid,  se queda en Madrid) yendo a visitar el museo Sorolla a la mañana siguiente. Que no.

Y entonces, de forma machacona, vuelvo a hacerme la misma pregunta ¿en serio no se puede invertir otra cosa? ¿en serio? 

viernes, 5 de octubre de 2012

Perlas para el viernes...

Los trayectos en coche nos suelen dar bastante juego. Entre cancioncillas, juegos, cuentos y millón y medio de "por-qué-mamá" el tiempo se nos pasan la mar de divertido. Bueno, divertido para ellos, porque yo llego a donde sea con un dolor de cabeza y una sequedad de boca de tanto cantar que junto a los triángulos y el chaleco me estoy planteando incluir una botellita de agua con un efferalgan ya disuelto.

A lo que iba, ayer el coche jugábamos al "veo, veo" (que con mi canijo tiene mucha gracia porque dice lo primero que se le viene a la cabeza, que empieza por "a", ¡pirulí!, que empieza por "i" ¡salchicha! y así hasta el infinito) cuando,  por un momento, pensé que era superdotado. 
- Veo, veo, canturreo yo. - ¿Qué ves? contesta él. - Un cosita... - Y qué cosita es...
- Empieza, por la "fa", que hay que facilitarle un poco las cosas, - Qué será, qué será, qué será...- ¡Atún!  o algo similar contesta en su línea surrealista, y le corrijo yo: - Noooo, es ¡FArola!, a lo que él, inmediatamente me dice: - ¡EleFAnte! 
Flipo un poco porque haya buscado una palabra con esa sílaba. Pero alucino más aún cuando me suelta: -¡jiraFA!
Entonces ya se me va la olla del todo y me emociono, éste niño es superdotado, pienso, y empiezo a hacerme una película mental de la leche, hasta que, un segundo después, él sigue con su rollo: ¡león, tigre, mono
Vaaaaale, que las madres somos capaces de ver inteligencia superior en cualquier casualidad....Pero, ¿y lo bien que estaba quedando?



Volviendo de la piscina, no sé ni de qué íbamos hablando, que el papi le dice algo de que estamos en el planeta Tierra. El canijo mayor, muy serio, se queda un rato pensando, callado, hasta que nos dice con tono contrariado:
- Nooooo, ¡nosotros vivimos en "Madril"!
Hala, ¡chúpate esa!



Y ya la tercera joyita de la semana. Ha sido a cuenta de que nos vamos a pasar el fin de semana al pueblo de mi madre en La Rioja, y está muy emocionado.
Aunque ha ido más veces, ahora es más consciente de todo y ya se le nota la ilusión por ciertas cosas. Se pasa el día feliz enumerando todo lo que va a hacer y todas las cosas que va a ver. Que si va a ver gallinas, burros, cerdos, huertas, un tractor, que se va a subir a un árbol, que le van a llevar en carretilla, que hay gatos en el patio, que va a coger "almendurucos".... y, ahí va la perla que vete a saber de dónde se ha sacado: ¡¡¡que le van a dar pepinillos!!!
¡Cuánto daño les hace el tener tan buen apetito!

Buen fin de semana a todos.


lunes, 1 de octubre de 2012

And the winner is...

Bueno, pues ya tenemos ganador... Todos los números preparaditos para la mano inocente...


Y metidos en esta urna tan molona:



Y la mano inocente "en acción"...


El ganador, en este caso ganadora es... el 10: ¡¡MÓNICA SERNA!!

Muchas felicidades guapa, te escribiré para pedirte tus datos. Y los demás tendréis también noticias mías porque habrá sorpresita para todos. Por participar. Y por majos.


¡Sorteo!

Bueno, pues ha llegado el gran día. Esta tarde haremos el sorteo del marquito:




Y éstos sois los que habéis dejado un comentario y participáis en el sorteo:


¡Mucha suerte a todos! Y ya os adelanto que habrá sorpresita....

lunes, 24 de septiembre de 2012

Mis vergüenzas al descubierto

Siempre he querido ser una mamá trendy, incluso cuando no sabía ni que se decía así. Me he esmerado en hacer muchas cosas monísimas para niños propios y ajenos, amigas cumpleañeras, familiares e incluso para mí misma. Me gusta ir mona y tener la casa mona y, en fin, todo lo que ser trendy conlleva.

Pero no siempre lo consigo, lo confieso. Vamos, ni siempre, ni casi siempre. Mis momenos antiglamurosos han sido y son sonoros de verdad. Y no siempre consigo esconderlos bajo la alfombra como me gustaría.

Me remonto unos años atrás, no muchos, y me visualizo con unos vaqueros recién comprados. Una que es paticorta de nacimiento aún no ha encontrado la talla exacta que le permita utilizarlos sin necesidad de subirles el bajo. Bueno, se me ocurre que unos piratas de una persona con largura piernil normal, quizás me fueran bien, pero es una opción que no he meditado en exceso. El caso es que, pantalón que compro, pantalón que irremediablemente lanzo a mi madre para que me lo suba. Pero ese día mi madre no está, y no va a estar en un corto medio plazo por lo que la solución más práctica que se me ocurre es: ¡grapar el bajo! Así, com lo oís. Con la grapadora cutre y oxidada de toda la vida. Lo juro. Y juro también por el blog Con Botas de Agua (el cual me encanta y espanta por partes iguales) que las grapas duraron y cumplieron su función durante años...  

Un tiempo después descubrí el pegamento de tela, que también me ha salvado de alguna que otra, pero si vuestra madre es realmente trendy, de las de verdad, no de las de boquilla como yo, y no queréis hacerla convulsionar, no utilicéis ninguno de los dos sistemas. Por favor.

Pero grapar bajos no ha sido mi único momento estelar. Tengo más, muchos. Hay otro que me encanta (y que se repite periódicamente para mi horror)  que es un tanto escatológico. Soy sociable y parlanchina por naturaleza, así que me gusta charlar con quien se tercie. Segundo factor, soy paseadora de un amigable perro pastor alemán. Y aún tenemos un tercer ingrediente, soy cívica, es decir, recojo todas y cada una de las cacas que produce. Pues en el trance de recoger la caca y depositarla en la papelera más cercana, me suelo encontrar con  personitas que me hablan, y contesto, claro, a veces hasta charlo alegremente largo y tendido con la bolsita de caca en la mano, sujetándola por el nudito y rezando a todas las deidaes porque sea de una calidad moderada y no se rompa en ese momento...

Pero el colmo de mis anti-trendismos (sí, increíble, he conseguido superar el de la bolsa de caca) me ha llegado al asumir la presidencia de mi comunidad. Yo he intentando dar al cargo toda la dignidad posible metiendo todos los papelotes y documentos en una bolsa de tela de lo más molona, llevo dentro un boli de Ágata, para cuando tengo que  firmar un recibo o un cheque, no sea que me toque firmar con un triste boli bic,  pero haga lo que haga, no importa cuánto me esmere, todo se ve reducido a cenizas cuando pienso en el dinero de caja de la comunidad. Sólo os mostraré una foto y no añadiré nada más. Por pura vergüenza.



Y después de esta deshonrosa confesión, y pensando que aún me quedan unos meses de vivir con semejante agravio,  antes de tirar al vacío y para siempre la fama de "apañá" que me ha costado tanto conseguir en esta blogosfera, voy a hacer un sorteo que compense tanto dolor.  Y las normas son de lo más sencillo. Basta con dejar un comentario en este post. Que no hace falta que me sigáis, ni nada de nada. Un comentario y la forma de contactar por si resultas elegido.



Dejo hasta el próximo domingo día 30 de septiembre a las doce de la noche para que la gente se manifieste y el lunes pongo a uno de mis pequeños inocentes a elegir al premiado.



lunes, 10 de septiembre de 2012

¿Con quién te irías a cenar?

Cuando a alguien le preguntan que a quién le gustaría conocer, o con quién le gustaría pasar una velada, la gente en general suele decantarse por personajes como Obama, Gasol, Vargas Llosa, o algún artista de moda en el momento.

Yo lo tengo claro, hay personas con las que me encantaría cenar y charlar "amigablemente". Empezaría por el ingenioso arquitecto que diseñó la entrada del hospital Ramón y Cajal con sus diez fabulosos escalones. Diez. Ni uno más ni uno menos. Creo que al igual que yo, los cientos de pacientes con muletas, abuelitos artrósicos, personas en silla de ruedas y mamás con carritos de bebé que circulan por allí cada día también quieren cenar con él. O con su madre, de la que también se acuerdan con frecuencia.

Otro con una personalidad interesante es el decorador del centro comercial Plaza Norte 2 de Madrid, más conocido como "La Cúpula". Para quienes no lo conozcáis os diré que no le falta detalle. Tiene gigantescas lámparas colgantes de un dorado que deslumbra. Pasamanos dorados. Barandillas doradas. Columnas bicolor que imitan pirulíes. Además destacaría su gusto por el arte mortuorio, no en vano los bancos son como lápidas y los "jarrones" parecen contener las cenizas de algún fallecido. Fallecido que seguro se suicidó al ver semejante pastiche. Yo que él, me lo haría mirar.

Mientras que con Obama conversaría sobre la situación mundial, o criticaría a los Amigos del Rifle, con el arquitecto que proyectó la facultad de Derecho de la UAM charlaría sobre los beneficios de la luz natural. Porque su idea de poner las ventanas en los pasillos y dejar las aulas interiores es una idea brillante!! Tan brillante como las bombillas que hacen que, tras varias horas de clase, salgas con los ojos como achinados, y un dolor de cabeza que te dura desde Primero hasta Cuarto, repeticiones incluídas. Sólo le puedo decir: Olé. Bravo por usted y por la gran ventana que seguro preside su estudio de Arquitectura.

Pero no sólo me gustaría conocer a grandes personalidades como las ya mencionadas. Si yo soy muy del pueblo llano. Qué no daría yo por tomarme un cafelito con el electricista que dejó conmutadas algunas de las luces de mi casa. No sabe lo que nos divertimos mi marido y yo jugando con los interruptores a ver quien consigue encender la lamparita de los... en fin, que muy manitas, muy majo, muy agradecida le estoy.

Y ya por último, no quiero alargarlo mucho más que me estoy notando un poco ácida hoy, mando un saludo desde aquí al ingeniero lumbreras que decidió que nuestro mini-parque tenía que tener nada menos que tres salidas y que una de ellas diera directamente a unas escaleras por las que descalabrarse nuestros niños. Y que si sobreviven a la escalera no pasa nada, porque inmediatamente después hay una calle por la que no dejan de pasar coches. Así, ¡bien pensado! que la vida de los padres, sobre todo la de quienes tenemos dos hijos a los que vigilar y mantener con vida, es demasiado sencilla, y nos viene bien un poco de emoción que si no nos atocinamos. 

Qué buenas charlas me iba a pegar con todos ellos, qué a gustito me iba a quedar...

viernes, 7 de septiembre de 2012

Se dice pin-güi-no...

Con dos años y medio mi canijo habla estupendamente. Se le entiende todo lo que dice y además tiene un vocabulario bastante amplio. A pesar de ello, aún tiene momentos de lengua de trapo que son la risa.Como cuando canta el "cumpe-laños" feliz o vemos volar "gometas" o come "acolitos" o "kichu" o mira el "cacágolo" del Toys'r'us. A veces la cosa de complica un poco más y de hecho me veo incapaz de reproducir cómo dice termómetro o piragua. Imposible, demasiadas vocales, como si fuera un ticket de Ikea.

Pero su talón de Aquiles son los verbos. Y es que quien inventó el idioma castellano debió ser más retorcido que el malo de Saw. Eso, o jamás conoció niños pequeños.  O ambas cosas, que nunca se sabe. Indicativo, subjuntivo, conjugaciones imposibles, mil reglas, mil y una excepciones a la regla, hay que ver qué poquito quehacer tenía...

Porque lo lógico es que si la primera persona del verbo comer es yo como, que del verbo poder sea yo podo, y que de caber yo cabo, y así con todos. Pero no, por qué hacer las cosas fáciles cuando las puedes complicar hasta el infinito y más allá?

Así, me paso el día escuchando: "Mira lo que hazo mamá!!" "yo podo" "ya lo he ponido" Y ahí querría yo ver a los Académicos de la Lengua, con una santa paciencia que no sé si tienen, corregir millón y medio de veces a un canijo de dos años que encima es como una radio sin botón de apagado...



domingo, 2 de septiembre de 2012

Que vivan los premios!

Parece mentira pero en vacaciones es cuando más cosas por hacer acumulo. Os parecerá un contrasentido, lo entiendo, se supone que es cuando más tiempo tenemos para hacer todo... Pues yo, acostumbrada a hacer mil cosas por minuto, cuando tengo tiempo de sobra me aturullo y se me va. 

Así que, debida a mi inepta gestión de mi tiempo vacacional, tenía aún pendiente agradecer el premio que me concedió hace unas semanas mi amiga la mamá de medusi. Me gusta muchísimo su blog, y por sus comentarios en twitter se aprecia que, además de divertida, es una persona muy entrañable. No podéis perderos los post escritos por el propio medusi en los que cuenta cómo entretiene a sus papis... no tienen desperdicio!.

El premio que me ha concedido se llama Liebster Blog, expresión alemana que significa "Blog favorito" y, según parece, este premio es una iniciativa que pretende dar a conocer blogs con menos de 200 seguidores. Al recibir el premio tienes que seguir 3 sencillas reglas: 
1. Copiar y pegar el premio en el blog, enlazando al bloguero que te lo otorgó.
2. Nominar a tus 5 blogs favoritos (deben tener menos de 200 seguidores) y dejar un comentario en sus blogs para hacerles saber que recibieron el galardón.
3. Esperar que esos blogueros continúen la cadena.


Mi 5 blogs elegidos son buenísimos, seguro que ya los conocéis pero por si no es así, os animo a pasaros porque merecen mucho la pena.
1. Crónicas de una madre imperfecta: De los blogs más divertidos que hay por la blogosfera. Las aventuras y desventuras de Superbebé y su familia terrícola. Además la mamá de Superbebé y yo compartimos muchas ideas sobre lo divino y lo humano, y por eso también me encanta.
2. Vaninas Blog: Aunque ella debe tener más de 200 seguidores, y más de 2000 también porque no se puede ser más dulce y más maja. Me encantan sus post porque siempre me hacen pensar. 
3. La Chica Perika: Me gusta mucho su blog porque es muy completo: manualidades, cocina, reflexiones personales... Además ella es encantadora.
4. Mi menú sin leche: Me encanta este blog con una información muy completa y cuidada sobre la alergia a la proteína de la leche. La mamá que lo escribe es toda una luchadora, y eso siempre es muy inspirador.
5. Blogueando, de mi peque y otras cosas: Esta mamá veterinaria me ganó desde el minuto uno por su amor hacia los animales y por el blog tan entretenido que tiene. Además ella me concedió el primer premio que recibí!

Y ahora a disfrutar de mi último día de vacaciones... ay, que lleno el teclado de lagrimones!!!


lunes, 27 de agosto de 2012

A lo mejor están los muñecos...

Bueno, pues ya lo podemos decir: prueba superada. Hemos ido de vacaciones a la playa con los dos canijos y hemos conseguido regresar todos sanos y salvos. Pensándolo mejor, dejémoslo en salvos, porque nos hemos venido con raspaduras varias, algún que otro moratón, un pellejo levantado y una buena otitis. 

Pero no todo han sido heridas de guerra. Lo que más hemos tenido estos días, para qué negarlo, ha sido... diversión!!!! 

Las olas no le han molado mucho al mayor, pero al pequeño le han chiflado. Diez kilos de inconsciencia y valentía directos al mar y media playa muerta de risa al verle pasar gateando a toda mecha hacia la orilla. Una vez allí, lo mejor de lo mejor, meter la cara para beber agua. Que hay que ver lo mala que está el agua del mar, pues nada, todos los días a echarse sus traguitos.

El pequeño no sólo se nos ha aficionado al agua salada y a la destrucción masiva de cualquier creación arenil, también se ha vuelto un yonqui de la comida. Es ver comida, sea lo que sea, y empezar a emitir unos ruidos extrañísimos del tipo "ñaaaaaaaaa, ñaaaaaaaa", a la vez que grita y ríe en una bipolaridad que asusta un montón. Hasta tal punto ha llegado su endrogamiento por la comida, que yo me he descubierto en ocasiones comiendo a escondidas para no provocarle... Lo que nos faltaba.

Pero el que ha triunfado ha sido el mayor. Ese sí que se lo ha pasado pipa. Es verdad que como os decía las olas no le han gustado demasiado pero el jugar con la arena, recopilar almejas (como él llama a las conchitas), hacer agujeros en la orilla, echar de esos agujeros a su pequeño hermano invasor, pasar horas y horas en la piscina, los columpios, los paseos vespertinos, bucear haciendo el tiburón, ver castillos de arena, bailar la samba de la peli Río... para todo pedía siempre un ratito más.

Y así como la frase  del pequeño se limita a esos sonidos guturales que os comentaba, la frase estrella del mayor ha sido, sin duda: "A lo mejor están los muñecos".  Daba igual a dónde fuéramos, a la playa o a la piscina,  al mercadona a hacer la compra, al parque o a jugar con su amiga Cloe, toda su ilusión, mañana, tarde y noche, era que viéramos los muñecos, unos títeres espantosos que repetían su horrible función día tras día en el paseo marítimo. Así que, según salíamos por el portal de casa, ya nos sonreíamos esperando el consabido "a lo mejor están los muñecos" y nunca, nunca, nos dejaba con las ganas. Cansino y tierno a partes iguales.

Para nosotros también han sido unas buenas vacaciones. Se nos va notando ya una cierta veteranía. Cada vez llevamos menos "porsiacas" y ya somos capaces de bajar a la playa con una única bolsa y una sombrilla. Como diría mi amiga Natalia de Vaninas Blog, hemos tenido muchas "b", alguna que otra "c" y  casi ninguna "a", un resultado más de que digno!

Y para demostraros lo que es la felicidad infantil, cómo nuestros peques ven el mundo desde sus ojillos optimistas e inocentes, la noche que volvíamos, en el parking del área de descanso, me dice el mayor contentísimo, "mira mamá, mira qué mariposa". Miro hacia donde señala y veo un enorme y horroroso murciélago negro como un tizón revoloteando en una farola.  

Quién pudiera volver a ver con esos ojos, verdad?


domingo, 29 de julio de 2012

Un año de amor


Me hubiera gustado escribir un larguísimo y ñoñísimo post para celebrar tu primer cumpleaños. Quería recordarte cómo llegaste a la vida una mañana bien tempranito, con los ojos muy abiertos y mucha mucha hambre. Cómo desde el primer día fuiste un niño buenísimo. Cómo has aceptado todos los cambios sin rechistar, adaptándote a todo sin una queja ni una lagrimilla. Quería contarte, con palabras tiernas y bonitas, la pena que sentí al dejarte en la guarde el primer día. También lo mucho que te quiere tu hermanito, lo bien que ha aceptado tu llegada y lo mucho que le gusta jugar contigo y hacerte reir.

Quería escribirte lo bien que nos haces sentir cada vez que te miramos a esos preciosos ojazos, que son como mirar hacia el mar. La risa que nos da ver tus dientecillos de conejo cuando sonríes, o ese cuerpecillo blanquito como la nieve.

Pero ya sabes que a mí los relatos moñas no me salen. Aunque lo intente, o puede que precisamente por intentarlo, no me salen.

Así que te voy a contar, a mi manera, por qué llevo un año enamoradita de ti. 

Me tienes loquita porque si fueras un juguete, serías un peluche achuchable, como los que a ti te gusta abrazar para dormir. Porque cuando estás que te caes de sueño y te pones un poco pesadito... nada como plantarte un muñeco sobre la cara cual alien enganchado a ti. Infalible, caes rendido.

Me gustas porque si fueras un animalito, serías una mezcla de mono por lo simpático, de tigre por lo valiente y de koala por lo tierno. Hasta tendrías un poco de largartija por lo que te revuelves cuando te cambiamos.
Si fueras una comida serías una comida casera, de esas hechas con cariño, tiempo y paciencia. De las que no te importa repetir al día siguiente y que, al verla, te dan ganas de mover los brazos y las piernas a lo loco, como haces tú cuando tienes hambre y ves llegar el puré, o incluso ponerte a gritar sonidos imposibles si ves que sirven primero a otro....

Me encanta pensar que, si fueras una estación, serías el otoño. Días tranquilos que pueden tornarse desapacibles en cuestión de segundos... Como cuando a ti te quitan un juguete, algo no te sale como esperas, o tu hermano se interpone en tu camino y dejas libre al geniecillo que llevas dentro y esa fuerza bruta que tu cara de angelito esconde. Que estás hecho un torete... Pero lo mejor de todo es que, al igual que un temporal en otoño, en cuanto acaba, y acaba rápido, la calma lo invade todo...


Si fueras una ropa, serías una bufanda de lana calentita y con olor a suavizante de esas que te reconcilian con el frío y ajustas mucho mucho al cuello para sentirla bien cerquita.

 Me gustas porque si fueras un lugar, serías un campo con mucha luz, amplio horizonte y suave brisa, al que siempre apetece ir, sea el día que sea, y aunque tardes horas en llegar.


Estoy enamoradita perdida de ti porque me chifla tu manita diciendo hola, tus conversaciones metralleta  "ta-ta-ta-ta-ta" y tu capacidad para volverte imprescindible.

Por todo eso, por cómo has llenado nuestras vidas y por tantísimas cosas, entenderás, como dice la canción... en un solo momento, qué significa... un año de amor.



jueves, 26 de julio de 2012

Érase una vez...

A mi canijo mayor le encantan los cuentos. Desde muy pequeño se queda totalmente embobado mientras los escucha, abriendo mucho mucho los ojos y hasta la boca cuando se mete de lleno en la historia.

Le gustan casi todos, aunque como es normal, tiene sus preferencias. En su top ten tiene sin duda "El patito feo", me va a salir social el pequeñajo. Le impresiona mucho que al patito lo rechazaran sus hermanitos e incluso su madre. Cuando llegamos a esa parte él nos mira contrariado, como si fuera algo que escapara a las Leyes Universales. La verdad es que, como casi todos, es un cuento la mar de cruel. En su versión extendida hasta se encuentra con otro grupo de patos ¡que se lo quieren comer! No imaginaba tanta maldad en el mundo patil.

"Los tres cerditos" ha sido también un gran éxito durante el invierno. Cuando el lobo aparece por primera vez en el cuento, él dice siempre y sin excepción: "pero no pasha nada..." y entonces nosotros le adelantamos que al final los tres cerditos se salvan y el lobo huye, y entonces ya podemos continuar con el relato. Hasta que no le confirmamos que efectivamente no pasha nada, él no se queda tranquilo. A mí los cuentos me generan mucha tensión porque entran en conflicto mis creencias y al final me enredo para salir de los atolladeros en que me meto por no traicionar mis principios. Porque si el lobo se quiere comer a los cerditos será porque el lobo es malo, ¿o será porque gracias a los hombres ya no encuentra comida en su hábitat natural? … ay, si es que yo solita me meto en cada fregao

Otro que tenemos muy trillado es "La ratita presumida". Le gusta sobre todo el interminable desfile de animalitos y bichejos que pasan por su puerta con los consiguientes sonidos que hace cada uno de ellos. 

Leer los cuentos también le gusta, aunque resulta totalmente agotador porque pregunta una y otra,  y otra, y otra vez los nombres de todos y cada uno de los personajes. No se deja ni uno. Da igual que sean protagonistas, secundarios, figurantes, mero relleno de la ilustración... del consabido "¿éte cómo se llama?" no nos libra nadie. Evidentemente acabamos inventándonos los nombres, pero hay que tener cuidado, que es muy listo y se acuerda del que le has dicho, no le das gato por liebre diciendo cada vez un nombre distinto. Además, como suele leerlos por la noche al irse a la cama, y nuestro encefalograma cerebral suele estar ya plano, no se nos ocurren ya ni nombres corrientes, y acabamos recurriendo a otros más... cómo decirlo.... "singulares": Eustaquio, Ataúlfo, Eduvigis... que ni en el pueblo del anuncio de Aquarius.

Cuando él los cuenta, bueno, lo de que los cuenta es un decir, dejémoslo en, cuando él hace el intento de contarlos, siempre empieza igual, con un tonito jovial la mar de gracioso canturrea: "Un día...."

Lo mejor de todo es que se queda con detalles de lo más sorprendentes. En eso ha salido a su padre, que de las películas sólo recuerda la secuencia más absurda, como de El Paciente Inglés, la de cosas intensas que pasan y lo único que recuerda de casi tres horas de peli es el leñazo que se da la chica al salir de un cine, pero bueno, a lo que iba, que el canijo ha salido igual. El argumento es incapaz de repetirlo, pero tras escuchar el cuento de "Pulgarcito", impresionado por el ogro que casi se lo come a él y a sus hermanos, va por la vida gritando para chanza general: "Aquí huele a carne frescaaaaaaaaaaaa".

Y colorín colorado, este post se ha acabado.






martes, 17 de julio de 2012

Necesito un karma nuevo...

¿Imaginas contratar una empresa de obras y que resulten chapuceros y poco profesionales y por la reforma del baño tu vida termine siendo un infierno? ¿Imaginas que decides comprar la mampara del baño en otro sitio, que la traen equivocada y que la tienda entra en quiebra justo cuando vas a devolverla? ¿Imaginas que, ya harta, confías en otra empresa para terminar el trabajo y acabas con un grifo torcido y los enchufes a medio terminar? ¿Que te sale un papiloma y el podólogo no te lo detecta? ¿Que compras un aire acondicionado que suena más que una traca valenciana?

Pues estas son sólo algunas de las cosas que le han pasado a mi amiga María durante este año. Y lo malo es que aún estamos en julio... me asusta pensar si sobrevivirá hasta diciembre.

Podría parecer que se dedica a pasear bajo escaleras, que se deja las tijeras abiertas todos los días, que apoya el bolso en el suelo... Es posible que haga alguna de estas cosas, pero yo tengo otra teoría: ha destrozado su karma.

Pasional por naturaleza, se ha dedicado a fantasear con los usos del  Napalm sin ningún control ni rubor. Se ha estado acordando de la madre, el padre y toda la genealogía de políticos, jefas, ex-amigas, dependientas, funcionarios indolentes y todo bicho viviente que, dicho sea de paso, un tirón de orejas merecían... pero claro, de eso, a dejarte el karma por ellos...

Últimamente sus whatsapp suelen comienzar por: "Necesito un karma nuevo"... y entonces ya sé lo que me espera: El profesor de excel ha resultado un fiasco, se ha mareado en la ida y en la vuelta del último viaje, tiene que devolver la falda que compró el último día...

Además es de las que tienta la suerte. No conforme con lo que ya le viene de la vida misma, ella busca la aventura. Se apunta a tratamientos de belleza gratuitos en los que le pinchan líquidos raros en la tripa  que hacen que al día siguiente esté doblada de dolor, a cursos supuestamente por la cara sin preguntar si quiera el contenido... Definitivamente es una kamikaze.

A mí me encantan sus historietas y chincharle con que su karma ya está herido de muerte, que ya no tiene cura y que no tendría vida suficiente para recuperarlo. Ella parece que reflexiona un poco, muy seria, como afectada, pero en seguida le cambia la cara y suelta alguna lidenza del estilo a: "Pues prefiero el karma hecho una piltrafa antes que %6$/&%¡#!...."  Genio y figura. Y a cruzar los dedos. Por si acaso.



jueves, 28 de junio de 2012

Es de bien nacidos...

ser agradecidos...

Y como más vale tarde que nunca, buena sombra le cobija... ;-)

Ahora en serio. Ya iba siendo hora de que diera formalmente las gracias por los regalitos del  #15J. Pues eso, que gracias!!! Espero no haberme dejado nada ni nadie, si lo he hecho, por favor, pido disculpas por adelantado... era tanta cosa!!!





domingo, 24 de junio de 2012

Mamá es una vampira...

O al menos eso debe pensar mi canijo.

Os pongo en situación. Semana pasada, una tienda H&M cualquiera. Como soy una valiente (o una inconsciente, según se mire) me voy con los dos canijos de compras.

En la tienda, los "aparco" un momentito para probarme una cazadora vaquera. Me la pongo y me miro en uno de los espejos de columna, diciendo para mí misma, aunque en voz alta: "No me veo, no me veo con ésto".

A la vez que me la quito para dejarla en la percha, mi canijo mayor se baja del patín como un rayo y se asoma él mismo al espejo gritando: "Pues yo si me veo mamá, yo sí me veo..."

Ay, criaturita...

jueves, 7 de junio de 2012

Viviendo al límite...

Hoy me he jugado la vida dos veces. Dos. Hale, como si tuviera de sobra...
Por la mañana me he levantado de buen humor y he cometido la osadía de ponerme un collar. Es un collar precioso con cuentas de colores que dan dos vueltas y queda superchulo.
¿Alguna habéis probado a combinar un collar de cuentas de colores con un bebé de diez meses? Pues si no lo habéis hecho, no lo hagáis. Jamás. Y si lo habéis hecho, imagino que casi habéis muerto... gracias por avisar, eh!! 

Por dios, que casi me ahorca...

Coger al canijo y ver esa mano pequeñaja, regordeta y llena de babas lanzarse al collar ha sido todo uno. Y notar cómo te va faltando el aire cada vez más y más.... y ver tu vida pasar ante tus ojos... Bueno, vale, he exagerado un poquito, pero en serio, hacedme caso, no lo probéis.

Más tarde he tenido una reunión en la oficina. En mi oficina ruedan cabezas por menos de nada, y además todo es aburrido: el trabajo que hacemos, el sitio en el que trabajamos, la mayoría de la gente... las reuniones no pueden ser menos. Yo por mi parte, hace años que vengo puliendo una práctica que intento enseñar a todo el mundo. Cuando me hablan y me aburro, pongo cara de interés y empiezo a hacer mentalmente la lista de la compra. De esta forma, mi vecina me cuenta la poca presión de agua que tiene y yo pienso "y que no se me olvide el jamón de york". Pues a lo que iba, que esta mañana he tenido reunión y me he metido en mis cosas mentales, como de costumbre. Tanto me he metido, tanto, tanto, que creo que hasta he dicho en voz alta: "pero si al 15J llevo el bolso blanco, no me van a caber los regalos"... Toma ya!

Así que, amigas y amigos, dos consejos en el día de hoy. Complementos y bebés juntos son una mala idea, y cuidado con el #15J, que puede acabar con muchas de nosotras! Y no en sentido figurado precisamente.

Dedicado a las 3 superwomen más superwomen de la blogosfera: La mamá del Gremlin, la chica a la que le gusta su barrio y la mamá de la nena sin nombre


domingo, 27 de mayo de 2012

Cómo están las cabezas...

Este ha sido el fin de semana de las cabezas de chorlito.
No hemos dado pie con bola ni uno, ni otro.

El sábado fue nuestro Gran Día. Primero el padre de las critaturas, al bajar al parque, se deja las llaves dentro de casa y claro, al subir nos toca esperar más de media hora a que nos acerquen otro juego.
Menuda escena los cuatro + perro esperando en la escalera... 

Esa misma tarde, en el fragor de la charla con la familia que viene a vernos, y con todo el jaleo de recoger cubos, palas, bolsos, niños, pelotas y todo el despliegue que montamos cada vez que bajamos al parque, nos olvidamos, atado a un poste, a nuestro perro Roky.
Menos mal que no habíamos andado aún ni diez metros cuando escucho un lamentoso y discreto... woof! y nos damos cuenta del tremendo fallo...

Pero no creáis que queda ahí la cosa. Un par de horas más tarde, de nuevo el padre de las critaturas, que es quien se lleva un merecidísimo primer puesto en esta historia, se deja el movil sobre la mesa de una terraza... 

Y ya de vuelta a casa, en nuestra calle, veo que uno de los coches aparcados tiene la pegatina  que nos dan en mi trabajo para poder aparcar allí. Yo absolutamente emocionada, casi a gritos: ¡¡Mira, mira, trabaja donde yo!! ¿¿Quién será?? ¡¡Qué fuerte, qué fuerte!!...

¿¿Fuerte?? ¿¿Fuerte?? Fuerte la realidad: QUE ERA MI COCHE!!





miércoles, 23 de mayo de 2012

La nueva Obama

Como si ya tuviera pocas actividades, responsabilidades y quehaceres, dentro de unos días me veré obligada a añadir una más a mi lista. Y si se tratara de una nueva función amena o creativa, si me fuera a aportar algo interesante, o al menos me fuera a divertir un poco... pues bueno, pero no, nada más lejos. Es una tarea ingrata  que estoy segura me va a levantar más de un dolor de cabeza:  Me toca ser presidenta de mi comunidad. Buf. Buff. Bufffffffff.

Tengo que reconocer, aunque con cierta vergüenza, que soy de las que nunca baja a las reuniones de vecinos. Unas veces porque no tengo tiempo, otras porque se me olvida y otras, las más, porque francamente, no me apetece.


Treinta personas discutiendo y dándole vueltas a lo mismo una y otra vez, me pueden, la verdad. Ojo que soy coherente y asumo mi actitud pasiva aceptando sin rechistar lo decidido y pagando religiosamente cada cuota, cada derrama, cada gilipollez.
 
Y claro, al no bajar a las reuniones estoy desentrenada y el cargo me va a venir grande, lo sé, lo veo venir. Me va a faltar soltura a la hora de rebatir los argumentos del que siempre se niega a todo, no tendré reflejos para frenar al de las propuestas disparatadas, ¿podré con la que siempre se queja de la limpieza? ¿y si se me rebelan ya el primer día? Bueno, con un poco de suerte me gritan todos al unísono ¡dimisión!... aunque prefiero no hacerme ilusiones...

Sólo cuento a mi favor con que he chupado mucho "La que se avecina" y bueno, digo yo que algo habré aprendido...

En próximos capítulos os contaré cómo ha sido el traspaso de poderes, aunque no podrá ser más subrealista  que el que me acaba de contar una amiga que año tras año ve cómo en su comunidad,  a modo de investidura y coronación, el presidente saliente le pasa al entrante, con toda la solemnidad que el acto requiere, las carpetas de documentos dentro de una mugrienta bolsa del decathlon a la que ya le falta un asa...

Espero que no me pasen a mi una bolsa de esas, porque me tocará asistir a las infumables reuniones y poner buena cara, tendré que aguantar a vecinos coñazos que me den la brasa en el portal, aguantaré llamaditas los domingos temprano por averías, accidentes o descalabros varios, solicitaré presupuestos, discutiré con el del banco, lo que sea, pero una cutrez semejante, venga hombre, que yo antes muerta que poco trendy! Hasta ahí podíamos llegar.