
Y si no, que se lo digan a mi canijo canijo, es decir, al pequeño. Ha aprendido a darse la vuelta y quedarse boca abajo, pero aún no sabe girarse nuevamente, vamos, que sabe hacer la semicroqueta. Cuando en mitad de la noche acudes en su auxilio, te lo encuentras con la cabecita levantada, mirando hacia el infinito con los ojillos llorosos y suplicantes, y las manos regordetas haciendo fuerza Hulk para sujetar su peso...
Consecuencias para él: sensación de querer-y-no-poder = desesperación.
Consecuencias para sus padres, usease, nosotros= susto de muerte + estallido de oídos por los berridos que lanza. Nuestro grito de guerra: Yavoyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!
Consecuencias para su hermano = ninguna. Cada noche entra en modo: "habla-chucho-que-no-te-escucho", esa suerte que tiene.
En esa etapa parecen tortuguitas... o galápagos en el caso de canijillos como el Gremlin!! Mola mucho la croquetilla, lo de levantarse por la noche, menos.
ResponderEliminarQue vida tan dura la del Gusanano.
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