lunes, 13 de mayo de 2013

Comerte una obra de arte...

Hace un tiempo, tuve la gran suerte de ganar unos cupcakes en un sorteo organizado por "Mami a tope". Desde aquí aprovecho a darle las gracias por el sorteo y por haberse interesado por mis chapas, qué maja es! Está iniciando un nuevo proyecto "La princesa que besa" y le deseo toda la suerte del mundo. 

La responsable de los cupcakes, Laura, de YouCake, en seguida se puso en contacto conmigo dándome todas las facilidades del mundo. Finalmente acordamos dejarlo para mayo, y aprovechar a hacerlos para el cumple de mi marido.

Pues bien, el sábado nos los trajo y todavía tengo la boca abierta de lo impresionada que quedé. 

Son preciosos y totalmente personalizados. Le comenté que mi marido es informático y del Atleti, y mirad qué maravillas le ha hecho:



Ordenador portátil, cámara web. ratón, no les falta detalle! Pero sin duda alguna , la que más le ha gustado a él, es ésta:


Pobre! Si es que sufren tanto con estos colores...

Laura es tan maja, que no sólo ha hecho las cupcakes personalizadas para mi marido, sino que encima y por sorpresa, se ha tomado la molestia de navegar por mi blog de labores y hacer unas cuantas relativas al mismo:


Me ha emocionado ver mi chapa y mis banderitas convertidas en cupcakes. Qué detallazo. Hasta ha pensado en mis canijos:


En fin, que todo lo que os diga es poco. Además, aunque confieso que sólo nos hemos comido dos de momento porque nos da pena, de sabor están buenísimas!

Así que, ya sabéis, si tenéis alguna celebración esperical, o queréis sorprender a alguien, no dudéis en hacerle un encarguito y seguro que quedáis encantados.

http://youcakemadrid.blogspot.com.es/





  


jueves, 9 de mayo de 2013

Otro aniversario, pero éste de lagrimita

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Querido Amigo Veider, ha pasado un año y aún te echamos de menos cada día. Se nos parte el corazón cada vez que te recordamos, y más aún cuando Miguel nos pide un avión para ir a buscarte al cielo y traerte de vuelta a casa.

Hoy, justo un año después de que nos dejaras, te dedicamos esta viñeta, en la que encontramos muchas cosas de ti.



jueves, 2 de mayo de 2013

Buenas adquisiciones

Éstas son nuestras últimas adquisiciones literarias. Han resultado un exitazo las cuatro.

El ladrón de gallinas. Originalísimo cuento sin texto, sólo ilustraciones. Va sobre lealtad e historias con final feliz.

El lugar más maravilloso del mundo. Una rana es expulsada de su charca por una cigüeña. ¿Tendrá que buscar nuevo hogar?


Malena Ballena. Malena está rellenita y sus compañeros se ríen de ella. Su monitor le da un truco infalible para enfrentarse a las dificultades de la vida. 


¿Puede pasarle a cualquiera? Éste lo recomendó Trastadas de mamá en su blog y me enamoró desde el primer momento. Confieso que es más para mí que para Miguel...


jueves, 11 de abril de 2013

Estamos de aniversario

Hoy hace un justo un año que mi canijo mayor superó su alergia a la leche. Un año en el que ha comido como si no hubiera un mañana danoninos, quesitos "maribel", croquetas con bechamel, colacao, salchichón, ganchitos de queso, nata montada, pasta a la carbonara,  canelones, pizza, helados...

Un año en el que hemos podido elegir champús y cremas por el olor sin preocuparnos de nada más. Un año de comer fuera sin que a mí se me cortara la respiración con cada cosa que se llevaba a la boca. 

Un año en el que he tenido que quitarme la manía de explorarle a fondo en busca de algún signo de reacción.  Un año de no escudriñar etiquetas en el súper. Un año sin advertir a todo el mundo que no le tocara si había tomado algo con leche.Un año sin llamar a ningún laboratorio farmacéutico para saber la composición exacta de todo. 

Un año de felicidad.

miércoles, 20 de marzo de 2013

No con mi dinero

Estamos sufriendo los mayores recortes en los Sistemas Públicos de Protección de toda la historia de nuestra democracia. El Sistema de Bienestar que tanto esfuerzo ha costado conseguir y mantener, de pronto está siendo desvalijado por una élite que nunca ha tenido, ni seguramente tendrá, que recurrir a él.

El Sistema Público de Sanidad está siendo desmantelado a grandes pasos. Se empezó por eliminar la universalidad excluyendo de él a los migrantes en situación administrativa irregular y ahora estamos viendo cómo venden nuestros hospitales y centros de salud al mejor postor. Curiosamente este mejor postor son empresas cuyos consejos de dirección están formados por esas mismas élites que nos gobiernan. 

La Educación Pública asiste cada día a una reducción drástica de su presupuesto, y a una campaña de desprestigio y difamación que busca como resulta último su desaparición en favor del injusto, obsoleto y desigual sistema de conciertos con colegios privados.

La Justicia nunca ha sido igual para todos, pero con el sistema de tasas recientemente inaugurado, cada día lo es aún menos.

Los jubilados han visto cómo sus pensiones no se revalorizaban, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo que ésto les produce. Además de tener que re-pagar sus medicinas, y algunos servicios médicos que ya están previamente pagados vía impuestos, como el transporte en ambulancia, por ejemplo.

Asistimos atónitos a la inyección de dinero a los bancos, préstamos a fondo perdido, a la vez que vemos en las noticias cómo cada día, varias decenas de familias se quedan en la calle sin un techo, a veces por deudas irrisorias que temporalmente no pueden afrontar. Pero a ellas nadie les inyecta dinero, ni tiempo, ni atención. 

Las personas en situación de dependencia y sus cuidadores ven con desolación cómo cada día sus circunstancias se agravan sin recibir respuesta alguna por parte de un Sistema que hasta hace poco tiempo, con sus carencias, no digo yo que fuera perfecto, medio funcionaba. Ahora les hemos dejado de la mano de Dios, y Dios hace mucho que se olvidó de ellos.

Se han cerrado centros culturales. Se han eliminado ayudas a autónomos. A quienes trabajan al servicio de la Administración (sean o no funcionarios) se les ha bajado el sueldo y eliminado una paga extra. A los proyectos de Cooperación Internacional se les ha disminuido el presupuesto en un 80%, que se dice pronto. Han subido los impuestos directos como el IVA y también las tasas municipales. Los despidos cada día son más baratos y más fáciles. Y el acceso a las prestaciones se complica por momentos, o si no que le pregunten a los mayores de 55 años en situación de desempleo...

Y todo ésto, ¿por qué? Pues porque, como nos han repetido por activa y por pasiva, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Hemos gastado un dinero que no teníamos. Hemos consumido más allá de lo que podíamos. Hemos invertido más allá de lo que se hubiera debido hacer. 

Y después de tragarme ese sapo que no era mío, después de ver cómo me reducían el sueldo, de cobrar una paga extra menos, de abonar unas tasas municipales que después no se traducen en servicios, de ver cómo intentan destruir la Educación que he elegido para mis hijos, de pagar por una medicinas que ya he pagado previamente a través de unos impuestos que me crujen cada mes. Después de todo eso me faltan pulmones para gritar todo lo alto que soy capaz:

¡¡¡ NO CON MI DINERO !!!

No a Madrid 2020. Bajo ningún concepto. Porque no hay dinero y por eso han recortado en los Sistemas Públicos. Porque los puestos de trabajo que prometen van a ser precarios y temporales. Porque el deporte de élite sólo beneficia a unos pocos. Porque no quiero más infraestructuras mastodónticas. Porque NO NOS LO PODEMOS PERMITIR. 



martes, 19 de febrero de 2013

Desalmadas


Hace un montón de años, cuando yo aún era una chavalita y no sólo de espíritu como ahora, estando una tarde con mi madre se me cayeron sus tijeras de costura al suelo. Pasaron rozando mi pie derecho por escasos milímetros. Fue un verdadero milagro porque por poquísimo no me las clavé cual pincho moruno o brocheta, que dicen las finas.
Pues bien, al ver que se caían sus preciadísimas tijeras y mostrando una falta de sensibilidad total hacia su propia hija que pudo quedar coja de por vida en el incidente, mi madre lo único que gritó como una poseída  fue:
- ¡¡MIS TIJERAS, QUE SE DESPUNTAN!!
Sus tijeras... que se despuntan... ¿vosotros lo veis normal? 
Semejante muestra de malamadrismo ha sido motivo de risa y mofa durante años en mi familia. Aún hoy, cuando te pillas un dedo con un cajón, o te clavas la esquina de un mueble, nos acordamos de las tijeras y  siempre alguien dice: ¡mis tijeras!

Yo pensaba que esa desnaturalización era exclusiva de mi madre, además ya se sabe que a principios de los noventa ni Carlos González ni Rosa Jové calentaban aún las cabezas de nuestras madres y podían vivir relativamente tranquilas preocupándose más por sus tijeras que por sus hijas, o pegándonos algún que otro grito electrizante de vez en cuando. Nada más lejos de la realidad. Confirmado. No era un don exclusivo de mi madre. Yo también lo poseo. Se ve que lo llevamos en la sangre. 

Esta mañana he acercado a mi marido al metro. Como hay muchísimo tráfico y cada vez que paro los coches me pitan como si la Selección hubiera vuelto a ganar el Mundial, al pobre le hago bajar casi siempre medio en marcha. Es un valiente, no os preocupéis. Pero esta mañana ha tenido la mala suerte de engancharse el pie en una de las asas de mi bolso y, al salir, no se ha matado de auténtico milagro. De hecho yo misma he visto su vida pasar ante mis ojos, como en una película. Pues bien, cuando el pobre se ha recompuesto del shock de casi morir, con la cara aún medio desencajada, a mi no se me ha ocurrido otra cosa que gritar desde el coche:
- ¡¡MI BOLSO!! ¡¡NO SE HABRÁ CAÍDO ALGO!!

jueves, 31 de enero de 2013

Mamá maravilla

Hoy he tenido en mis manos este cuento, aunque finalmente no lo he comprado. Se llama "Mamá Maravilla" y es de Elen Lescoat y Orianne Lallemand. 

Su primera lectura no me ha gustado. Me ha dejado una sensación rara, no lo sé describir bien.  Ha sido pasado un rato cuando me he dado cuenta de que en realidad  sí me había gustado y que, además, me ha hecho reflexionar. 


En el cuento, que tiene unas ilustraciones preciosas, el niño nos cuenta que dependiendo del día mamá puede ser mamá sorpresa, mamá triste o mamá maravilla, entre otras cosas.
¿Cuántos mensajes recibimos al día de lo maravillosas y perfectas que debemos ser las madres con nuestros hijos? Nosotras siempre tenemos que estar disponibles, risueñas, debemos mantener la calma incluso ante la peor de las rabietas, en todo momento nos tiene que apetecer jugar con ellos, leerles cuentos, tirarnos por el suelo a hacer la croqueta. Y si estás triste, ¡que no te lo noten! Y si lo que quieres es meterte en un armario y que nadie te moleste ¡te aguantas y sacas la plastilina! 

Parece que incluso a veces nos avergüenza reconocer que ciertas cosas, en ciertos días, no apetecen.
Pues mira, yo confieso: a veces me toca las narices llevarles a la piscina y hay noches que leerles un cuento me da taaaaanta pereza. Hay días en que no me sale ni la sonrisa de las preocupaciones. Hay días que me siento cabreada como una mona y, francamente, Bob Esponja no mejora mi humor. Pero también  hay días en que me apetece reir, bailar y cantar y ponerme ropa de colores.

Y eso es lo bonito de este cuento. Que muestra una mamá real. De carne y hueso. Que siente y padece. Y que a pesar de tener días en los que echa rayos por los ojos, o días en que se siente triste hasta enfermar, siempre es mamá, la misma. La que quiere a sus niños con locura. Como las de verdad.

viernes, 18 de enero de 2013

Basado en hechos reales

Para mi amiga la del karma también ha comenzado el año ¡Y con fuegos artificiales! 

El otro día acompaña a su madre a poner una denuncia a una comisaría. Antes de entrar, deciden tomar unas tapitas madrileñas en un bar cercano. Que si unas croquetitas con su bechamel por aquí, que si unos boquerones con ajito y  perejil por allá, unas claritas... Todo rico, rico y con fundamento, como diría Arguiñano. Pero a lo que iba, que me disperso.

Entran en la comisaría y se encuentran con el poli más buenorro que han visto jamás. Alto, cachas, guapo. Encima es majísimo, amable, simpático. De éstos a los que el uniforme les queda como un guante.  Lo tiene todo. Mi amiga flipada, a la vez que pone la denuncia le pone ojitos a ver si él lo pilla.
Se mete tanto en el papel que hasta se permite fantasear con que la va a llamar ya que ha dejado su número de contacto.
Y ji ji con ésto, y ji ji con lo otro. Ese chico es que debe ser un encanto, la verdad. Las encandila a ambas, madre e hija, con sus bromas y atenciones. 

Madre e hija caminan hasta casa, mientras me wasapea lo ocurrido. 

Llega a casa y sigue pensando en el poli y en la probabilidad que hay de que la llame. Piensa que si hubiera dado el número de móvil en vez del fijo, aumentarían sus posibilidades. Se da una ducha y al salir, delante del espejo, todavía con la imagen del buenorro en su retina, descubre, un segundo antes de sufrir una apoplejia agravada con bajada de azúcar y tensión, y acompañada por una taquicardia galopante, un pedazo de resto de perejil entre sus dientes que le ha acompañado apetitosamente todo este rato.

Y llevamos quince días de 2013. No digo más.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Bye, bye...

Ha sido un año muy intenso. Dos acontecimientos nos han marcado irremediablemente. Uno muy malo muy malo y otro muy bueno muy bueno. Supongo que el Universo siempre acaba encontrando el equilibrio.

En el mes de mayo se fue nuestro perrito del alma Veider, y le echamos tanto de menos que no hay un solo día en que no pensemos en él y le lloremos un poquito. 

Pero a cambio la vida quiso darnos un regalazo enorme, y nuestro canijo mayor superó sus alergias alimentarias proporcionándonos una inmensa alegría y sobre todo muchísima tranquilidad. Aún hoy, siete meses después, sigo mirando las etiquetas en el super y escrudiñándole la cara en busca de algún síntoma, imagino que se me pasará con el tiempo. 

Pero al margen de esos dos hechos tan importantes, el resto no ha sido un mal año.Nos hemos reído a más no poder con las ocurrencias de los canijos, les hemos visto crecer y aprender mil y una cosas nuevas.Uno ha aprendido a andar, el otro ha descubierto las películas! Hemos tenido operación pañal, operación chupete y operación puré. Hemos jugado, bailado y cantado cada día como si no hubiera un mañana. Han llorado, han reído, les hemos felicitado, regañado, divertido y abrazado con el sentimiento de no querer perdernos ni un instante de sus vidas. Hemos sentido lo que es el infierno en vida llevándoles de compras o a la fiesta de Navidad del cole. Pero también hemos sentido la felicidad más absoluta cada mañana, cada tarde y cada noche al ver sus caritas sonrientes. 

Al 2013 le pido que sigan así. Con todas sus cosas buenas y sus cosas regulares. Porque es así como les queremos. Con locura. Cuando se hacen pis de la risa y cuando se tiran al suelo en plena rabieta. Y aunque suene a tópico, para nosotros pido salud, energía y tiempo para verlo y para dejar cada recuerdo guardado a buen recaudo en nuestra memoria como si de un tesoro se tratara. El mejor tesoro del mundo.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cactus y más desdichas

En nuestra última junta de vecinos, aquella en la que fui felizmente investida presidenta de la comunidad, los presentes tuvieron la genial ocurrencia de decidir poner cactus en el portal tras sufrir un par de intentos de robo de las anteriores plantas.

Se creó entonces una comisión que se encargaría de elegirlos y comprarlos. Al poco me vienen con las fotos de los seleccionados.
¿Imagináis una aguja de hacer punto de esas kilométricas y afiladas? Pues así era la espina más pequeña del más pequeño de los que pensaban comprar.

Tras el telele fulminante que sufrí, intenté hacerles entrar en razón primero apelando al sentido común y posteriormente a la pedazo de querella que nos iba a caer cuando algún crío se ensartara en las púas cual brocheta de pollo a la parrilla. Así que se disuelve la comisión de compra de cactus y me toca buscar alguno menos agresivo a mí solita. Qué gran sabio Felipe González cuando hablaba de la soledad del poder...

Tras buscar y rebuscar por internet encuentro unos cactus la mar de rebonitos y para nada hostiles y se lo comento a uno de los miembros de la extinta comisión. 
- ¿Pero dan miedo? Pregunta mientras a mí se me levanta la ceja hasta más allá de la línea del flequillo. 
- Pues no, cenutrio, me hubiera gustado añadir. Y ahí está la gracia, en que no dará miedo tocar el timbre de la puerta, ni acercarte al buzón a recoger el correo, ni ver a tus hijos corriendo por el portal, que bastante miedo da la vida ya de por sí, bastante miedo dais vosotros, añadiría, aunque lógicamente, y por ser tan mal momento para vender nuestra casa y organizar una mudanza exprés, esos pensamientos los guardo para mí.

Pero mis desdichas no acaban en tener que encontrar unos cactus no letales, ni en convencer a una pandilla de vecinos jugando a equipo actimel contra los pequeños hurtos comunitarios. No. Como soy una presidenta olvidadiza y encima no tengo a una Soraya que me lleve los asuntos, por supuesto desconozco qué días viene el jardinero y me planto el día previo a la entrega de los cactus con las jardineras llenas de las plantas anteriores y por supuesto un montón de tierra que hay que quitar. 

Volcar las jardineras no es una opción ya que son de piedra y eso no hay Hulk que lo mueva. Hacerme la sueca tampoco, puesto que me dijeron expresamente en el vivero que necesitaban los tiestos libres. Suerte que soy una persona con recursos y poca vergüenza, porque allá que me planté en el portal con la palita de playa de mi canijo, el cubito y toda mi santa paciencia. Que la imagen debía ser de foto. Quizás hasta puede que algún vecino me la hiciera de estrangis y ahora esté circulando a la velocidad de la luz por los wassaps del barrio. Igual hasta me piden la dimisión y todo como a la concejala de los Yébenes. 

Aunque desgraciadamente, no me caerá esa breva.





PS. La foto es un cactus de tela hecho por Chiribambola. No dejéis de visitar su web para ver las cosas tan preciosísimas que hace esta chica.




sábado, 15 de diciembre de 2012

Tea Time!

Estos días estamos todos revolucionados con la iniciativa de Madresfera del madresférico invisible. Menudo poder de convocatoria que tienen, nada menos que noventa y pico blogueros, cada uno de su padre y de su madre y de todos los rincones del país, como locos acudiendo a las oficinas de correos a enviar o recibir regalitos.

Yo he tenido la gran suerte de recibir el regalo de uno de los pocos padres blogueros de Madresfera. Es cierto que cada vez son más, pero entre tanta mami, ellos siguen siendo una minoría. El caso es que quien me ha enviado su regalo ha sido "Padre en reducción". Y me ha encantado, la verdad. 


¡¡¡Tes!!! De varias clases, que huelen que te mueres, metidos en una cajita preciosa de barquitos


Y con la explicación de lo que es cada uno.


Estaba deseando que alguien me introdujera en el mundo del té, así que este regalo no ha podido venirme mejor. Ya por la noche, hice mi primera "cata"


Sólo me queda darle de nuevo las gracias a "Padre en Reducción" y animaros a que os paséis por su blog. Yo ya me he hecho muy fan de la "operación pinza" (que también se estila mucho en mi casa) y de las "Abueladas Nuiii".








miércoles, 12 de diciembre de 2012

La escucha activa, ese gran don

Cómo me gusta sentirme escuchada cuando voy a una tienda a comprar.

Ayer entro en una tienda (de abalorios para más señas) y le digo a la dependienta (la cual estaba bastante ociosa, por cierto)
- Hola, he visto en vuestra tienda online que vendéis soportes para camafeos ¿los tenéis aquí también?
- Si, claro, mira, son éstos.
- De acuerdo, pues quería dos, por favor. 
Pago y cuando me está devolviendo el cambio, me dice sonriente:
- Y toma esta tarjetita, que ahora tenemos también tienda online.

Desde que le hablé por primera vez de su tienda online, hasta que me dio la tarjetita de la tienda online no habían pasado ni tres minutos. Tres minutos. Hasta mi abuela tiene mejor memoria a corto plazo, la verdad.



lunes, 26 de noviembre de 2012

A ver qué ha hecho ahora...

Mi canijo mayor siempre ha sido buenísimo. Desde pequeño han sido raras las travesuras que ha hecho. En eso ha salido a mi, que era tan buena siendo niña que mis tías me dejaban jugar con huevos!. Me podía pasar media tarde metiendo y sacando huevos de una cesta con todo mimo y cuidado. Y ni una baja. Ni una.

Pues bien, demasiado confiados estábamos en que el pequeño nos saliera igual de santo. Ilusos. Éste apunta maneras y además a pasos agigantados. En sólo un par de semanas hemos tenido más avisos que en los casi tres años del mayor. Porque, todo hay que decirlo, de momento sólo han sido avisos, cuando la cosa se ponga seria ya me veo llamando a Super Nanny.

Tenemos por casa sus quinces meses, sus seis dientes y una muela y sus nueve kilos con seiscientos gramos pensando todo el tiempo en qué será lo que le proporcione un buen rato de diversión. Porque la diversión no radica en lo que hace, que en general se decanta por acciones facilonas y rápidas, el cashondeo está en vernos a nosotros resolver sus peripecias... 

Si me miro a los pies, veo dos botas grises, una de ellas lleva un precioso cordón gris a juego, no en vano venían juntos en la misma caja, pero en la otra, oh, sorpresa, llevo un cordón anaranjado. Yo no soy de crear tendencias, tampoco daltónica, el motivo de llevar un cordón naranja es que mi pequeño terrorista quitó de la bota el original y decidió esconderlo. ¿Dónde? Si lo supiera obviamente no estaría como estoy. Así que hasta que lo encuentre o tenga tiempo para ir a comprar otro (que será lo más probable), me toca ir de esta guisa.

Martes por la tarde. Estoy en casa con los canijos y no encuentro el móvil. Me llamo desde el fijo y creo oírlo pero como leeeeejos, leeeeejos. Intento seguir el rastro pero es difícil porque apenas se escucha y encima estos dos están montando un pifostio de campeonato. Diez minutos buscando. Diez minutos de los de reloj. Llegué a mirar dentro de la nevera por si lo había metido por error. Hasta que veo que el pequeño se acerca a la lavadora con el mando en la mano, con intención de meterlo dentro. Si, en efecto, para que le hiciera compañía a mi móvil! Le freno y rescato el teléfono sano y salvo, aunque creo que con tanta tensión he perdido un par de kilos. 

El otro día fuimos de compras. Los dos peques y yo. Esto debería ser considerado deporte de alto riesgo, que me río yo del Calleja y sus tiburones, ja! en la Vaguada con dos canijos le quería yo ver, eso sí es un Desafío Extremo y no sus fruslerías! Por supuesto en las tiendas lo tocan todo. Es agotador. Pero ya el colmo fue que en una tienda de complementos el pequeño no se conformó con ir tocando todo lo que alcanzaba desde su sillita, el colmo fue que se colocó un collar!!! Encima de tocón, chorizo!!! Con tan mala suerte que encima rompió el cierre y claro, no me quedó otra que comprarlo, por más cara de madre desquiciada y al borde del infanticidio que le puse a la dependienta. He de decir en positivo, que por lo menos el niño tiene buen gusto, y el collar fácil arreglo. 

Lo que me preocupa es que de momento son trastadas graciosas, que nos hacen reír sin graves consecuencias. Lo que ocurra cuando esos quince meses, seis dientes y una muela y esos nueve kilos con seiscientos gramos aumenten, eso amigos, prefiero ni pensarlo. 










sábado, 20 de octubre de 2012

De colchones y otros demonios...

Tengo un marido especial. Especial en el buen sentido, por supuesto. Y también un poquito en el sentido de "especial", así, como dicho con tonito...

El caso es que tiene una curiosa forma de actuar. Al principio te puede sorprender, pero al cabo de los años la verdad es que le vas cogiendo el tranquillo y hasta te dejas arrastrar por su sinsentido particular. El ejemplo perfecto lo hemos vivido estos días en casa. Y todo por un colchón.

Buscamos una colchonería para poder ir a probarlos. Como vivimos en una ciudad en la que apenas existen
unas trescientas tiendas de venta de colchones, elegimos una a casi treinta kilómetros de distancia. Porque nos mola conducir con mogollón de tráfico, con los pequeños gruñendo en sus sillitas y a todo correr después de un laaaargo día cualquiera, con extraescolar de natación incluida. Allá por el kilómetro mil, en el último polígono de los polígonos, allá que nos vamos. Con alegría, que es como nosotros empezamos las cosas.

En la tienda vivimos lo que he venido en llamar el "infiernoenvida". Un canijo probando todos, TO-DOS,
los colchones de la exposición y otro despendolado aporreando un enorme ventanal y corriendo con los hombros levantados, que así se siente más aerodinámico, por todo el establecimiento.

Una hora intentando escuchar a la vendedora hablar sobre capas, cámaras de aire y viscolástica, que me sigue sonando un poco a blandiblú, y me da un poco de asquito, la verdad. Un hora probando camas con el bolso colgado como la abuela de las chicas de oro y los ojos a lo Leticia Savater apuntando uno hacia cada canijo. Una hora haciendo un esfuerzo sobrehumano por lograr acceder al cerebro del marido y convencerle sutil y telepaticámente de que no elija el modelo más caro.

Mientras yo "controlo" (las comillas no son casuales) a las bestias, él hace fotos de los cartelitos de cada colchón -para comparar precios con otras tiendas, buscar opiniones y tras unas cuantas visitas más, comprar el que más convenza pensaréis... pues no, no sé para qué pensáis, ya os he dicho desde el principio que él es especial.

Tras esa hora, sin mirar más, ni buscar más, ni preguntar, decidimos comprarlo. ¡Ale! ¡que viva la aventura! Ahora no empecéis con eso de -¿y tú por qué no dijiste nada? También os lo he avisado: tras cierto tiempo, ha conseguido arrastrarme a su terreno de insensatez. Yo lo compro convencidísima, en serio, me ha parecido cómodo, es de buena marca y el precio encaja en nuestro presupuesto ¿qué más quiero?. 

Pero lo bueno empieza al llegar a casa. Cuando hizo lo que hace todo el mundo ANTES, repito, ANTES, de comprar cualquier cosa: comparar, informarse, buscar. Da comienzo entonces el "segundoinfiernoenvida": que no encuentra el modelo por ningún lado. Ni opiniones, ni precios, ni nada. Como si procediera de la isla de Perdidos.  Y con ésto le entra la angustia de "a saber qué hemos comprado". Yo al principio mantuve bastante la calma, pero tras un buen rato farfullando, consiguió aumentar significativamente mi nivel de desasosiego. Así que a la mañana siguiente, llamadita a la tienda para dejar en suspenso el pedido.

Conclusión. Todavía estamos buscando. Después de haberlo comprado. Y lo peor de todo es que sé que, cuando acabemos de preguntar, comparar y asesorarnos todo  lo que no hicimos antes, tengo la certeza absoluta de que nos quedaremos con el inicial. Porque nosotros somos así. Entretenidos. Y especiales.






* Es pada mi motivo de odgullo y zatisfación... comentaros que el dibujito...¡es mío!

jueves, 18 de octubre de 2012

¿En serio?


Soy madrileña. Ha nacido en Madrid. Vivo en Madrid. Conozco Madrid. Me gusta Madrid. Por todo ello me pregunto, una y otra vez, ¿en serio no hay nada mejor en lo que invertir que en un macro-complejo de casinos? ¿en serio?

Para los que no lo sepáis, Madrid es una comunidad autonóma pequeña, pero muy rica en biodiversidad. Nuestros escasos ocho mil kilómetros cuadrados nos proporcionan dehesas, hayedos, lagunas, una espectacular sierra, embalses, piscinas naturales, varios parques regionales y reservas naturales… en fin, un extenso abanico de zonas protegidas, con su flora y su fauna y todas sus posibilidades en cuanto a estudio, conservación y disfrute.

Madrid, pese a su pequeñez, cuenta con nada menos que cinco denominaciones de origen en productos autóctonos, aunque son muchos más los que ofrece, y todos ellos de una gran calidad. Vinos, aceite, carne de la sierra del Guadarrama, fresas, melones…  productos elaborados por gentes que creen en lo que hacen,  que quieren lo que hacen y a las que, demasiado a menudo, no se les presta el apoyo que necesitan.

Contamos con tres estaciones de esquí y una enorme lista  de rutas de senderismo para todos los gustos y niveles.

En Madrid puedes encontrar la mayor oferta de ocio de toda España. ¿Qué quieres ir al teatro? Pues podrás elegir entre varias funciones, clásicas, alternativas, musicales, infantiles… lo mismo ocurre con el cine o los conciertos.  O si prefieres ir a la zarzuela. O a la ópera. O incluso al fútbol. Hasta cuatro equipos en primera división. Y no es que yo sea muy aficionada a este deporte, pero tenerlo en cuenta como fuente de ingresos siempre me parecerá mejor alternativa que la que nos propone este señor llamado Adelson con su cara acartonada y sus ridículas exigencias.

Porque Madrid tiene un patrimonio cultural e histórico, que ya de por sí merecería toda esa inversión. Por sus museos, sus edificios históricos, sus parques, sus plazas.  Hasta sus bocatas de calamares y sus cañas de cerveza en tabernas decoradas con preciosos azulejos.

Madrid podría llegar a ser epicentro de la moda, tanto en creación como en venta, pero claro, si se invierte en ello.

Por no extenderme demasiado, se me ocurre también que se podría sacar mucho más partido de las exposiciones, ferias y congresos que a diario se celebran en la comunidad. Pero no.  En vez de apoyar todos estos posibles yacimientos de empleo y crecimiento, los dirigentes de nuestra comunidad han optado por la inversión en un complejo que no saben aún ni cómo definir. Tras unas negociaciones llenas de sombras, le van a dar todo tipo de facilidades legales, no van a escatimar en nada, hasta modificarán la Ley del Tabaco y la fiscalidad si es preciso. Cesión de terrenos, flexibilidad en la normativa laboral… Carta blanca. Han hecho oídos sordos a todas las voces que se han alzado en contra. Porque alrededor del juego  ya sabemos lo que se cuece: prostitución, blanqueo de capitales, proliferación de las mafias, turismo de baja calidad. Porque no imagino yo a los viejos-verdes que vendrán a pasar una buena noche (lo que pase en Madrid,  se queda en Madrid) yendo a visitar el museo Sorolla a la mañana siguiente. Que no.

Y entonces, de forma machacona, vuelvo a hacerme la misma pregunta ¿en serio no se puede invertir otra cosa? ¿en serio?