sábado, 20 de octubre de 2012

De colchones y otros demonios...

Tengo un marido especial. Especial en el buen sentido, por supuesto. Y también un poquito en el sentido de "especial", así, como dicho con tonito...

El caso es que tiene una curiosa forma de actuar. Al principio te puede sorprender, pero al cabo de los años la verdad es que le vas cogiendo el tranquillo y hasta te dejas arrastrar por su sinsentido particular. El ejemplo perfecto lo hemos vivido estos días en casa. Y todo por un colchón.

Buscamos una colchonería para poder ir a probarlos. Como vivimos en una ciudad en la que apenas existen
unas trescientas tiendas de venta de colchones, elegimos una a casi treinta kilómetros de distancia. Porque nos mola conducir con mogollón de tráfico, con los pequeños gruñendo en sus sillitas y a todo correr después de un laaaargo día cualquiera, con extraescolar de natación incluida. Allá por el kilómetro mil, en el último polígono de los polígonos, allá que nos vamos. Con alegría, que es como nosotros empezamos las cosas.

En la tienda vivimos lo que he venido en llamar el "infiernoenvida". Un canijo probando todos, TO-DOS,
los colchones de la exposición y otro despendolado aporreando un enorme ventanal y corriendo con los hombros levantados, que así se siente más aerodinámico, por todo el establecimiento.

Una hora intentando escuchar a la vendedora hablar sobre capas, cámaras de aire y viscolástica, que me sigue sonando un poco a blandiblú, y me da un poco de asquito, la verdad. Un hora probando camas con el bolso colgado como la abuela de las chicas de oro y los ojos a lo Leticia Savater apuntando uno hacia cada canijo. Una hora haciendo un esfuerzo sobrehumano por lograr acceder al cerebro del marido y convencerle sutil y telepaticámente de que no elija el modelo más caro.

Mientras yo "controlo" (las comillas no son casuales) a las bestias, él hace fotos de los cartelitos de cada colchón -para comparar precios con otras tiendas, buscar opiniones y tras unas cuantas visitas más, comprar el que más convenza pensaréis... pues no, no sé para qué pensáis, ya os he dicho desde el principio que él es especial.

Tras esa hora, sin mirar más, ni buscar más, ni preguntar, decidimos comprarlo. ¡Ale! ¡que viva la aventura! Ahora no empecéis con eso de -¿y tú por qué no dijiste nada? También os lo he avisado: tras cierto tiempo, ha conseguido arrastrarme a su terreno de insensatez. Yo lo compro convencidísima, en serio, me ha parecido cómodo, es de buena marca y el precio encaja en nuestro presupuesto ¿qué más quiero?. 

Pero lo bueno empieza al llegar a casa. Cuando hizo lo que hace todo el mundo ANTES, repito, ANTES, de comprar cualquier cosa: comparar, informarse, buscar. Da comienzo entonces el "segundoinfiernoenvida": que no encuentra el modelo por ningún lado. Ni opiniones, ni precios, ni nada. Como si procediera de la isla de Perdidos.  Y con ésto le entra la angustia de "a saber qué hemos comprado". Yo al principio mantuve bastante la calma, pero tras un buen rato farfullando, consiguió aumentar significativamente mi nivel de desasosiego. Así que a la mañana siguiente, llamadita a la tienda para dejar en suspenso el pedido.

Conclusión. Todavía estamos buscando. Después de haberlo comprado. Y lo peor de todo es que sé que, cuando acabemos de preguntar, comparar y asesorarnos todo  lo que no hicimos antes, tengo la certeza absoluta de que nos quedaremos con el inicial. Porque nosotros somos así. Entretenidos. Y especiales.






* Es pada mi motivo de odgullo y zatisfación... comentaros que el dibujito...¡es mío!

17 comentarios:

  1. XD es buenísimo. me he visto reflejaa, sobre todo x lo del bolso como la de las chicas de oro, fundamental no soltar el bolso, llega un momento que piensas que te va a hacer llagas, pero ye agarras a él como a un salvavidas yo hay veces que vuento hasta 20 para no estampársrlo en la cabea. Paciencia. Bss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Y menos mal que existen los bolsos bandolera! ¡Si no ya sería la locura!
      Un besillo y gracias por comentar!

      Eliminar
  2. Oye, qué artistaza! Me encanta el dibujito!
    Yo este verano acompañé a mi padre a comprarse una nevera y me volví L-O-C-A corriendo tras Peque (antes de ser madre hubiera pensado "mira ésta, no puede controlar al mocoso...").
    Y sí, tu maridín es "especial", pero así seguro que no te aburres ;)
    Besotes!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por lo de artista pero me temo que me queda muuuuuuuy grande!!!
      Comprar cualquier cosa con niños es una locura, y yo me empeño una y otra vez en llevarles, así me pasa lo que me pasa, que acabo enloquecida...
      Un besazo guapa

      Eliminar
  3. jajajaja llevo más tiempo casada que tu, y soy de buen conformar. Marido se encarga él solito de las compras grandes, lavadora y horno pirolítico quemador de comidas incluido

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uff, te veo muy valiente! Yo aún no he alcanzado ese estado zen de dejarle elegir a él solito... me queda mucho camino por delante!
      Un beso maja!

      Eliminar
  4. Jajajaja especial especial, como me he reido con la situacion. Nosostros cuando compramos tambien somo muy especiales, el problema es que a mi me venden todo facilmente, hasta una mierda envuelta, y tengo que llevar siempre a Mr. P de controlador porque si no acabo con mil cosas que no necesito!
    Animo con la compra, ya nos contaras si habeis acabado con el primero.
    PD: me ha gustado mucho el dibujo, me recuerda al cuento del guisante debajo del colchon :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también soy de fácil convencer, pero suele ser porque siempre voy con prisas y claro, quiero terminar cuanto antes... eso si, yo soy de poco arrepentimiento, una vez comprado, ya no me hago preguntas...
      Por cierto, aún estamos buscando colchón ;-)
      Y por cierto bis, la ilustración es de ese cuento, lo que pasa es que apenas se aprecia el guisante :-)
      Un beso y gracias por comentar!!!

      Eliminar
  5. Bueno, pues ánimo con la nueva busqueda, pero suele pasar, no sois tan raros. jaja Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya sabes lo que dice... mal de muchos... y la verdad es que me consuela bastante pensar que no se nos ha ido tanto la olla!
      Un besazo guapa, gracias por comentar!

      Eliminar
  6. Jajaja, a mi chico le pasa algo parecido, pero él, lo hace en el orden más normal, hace todo un estudio de mercado, largo , exhaustivo, por Internet, foros, comparativas de precios, tiendas, y etc...
    Podemos tardar meses en comprar algo, por pequeño que sea, pero al menos con la conciencia tranquila, de que ha investigado todas las opciones.
    Y yo espero resignada, el informe con los datos.
    Un besote guapa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, qué no daría yo porque el mío lo hiciera en ese orden lógico... aunque claro, eso de esperar meses tampoco sé si me iba a gustar, que yo soy un poco "cagaprisas"....
      Un besazo preciosa!

      Eliminar
  7. Jajaja, no es por decir que "el mío más", pero, casi... mi maridito es de los que dice "tenemos que comprar un colchón nuevo". Y un par de meses después te suena el timbre en casa y aparece un tío con una caja gigante diciendo que te traen el nuevo colchón.
    "¿EHHHHHHHHHH?"
    Sí, mi marido es de los que compra colchones por internet, sin haberlo probado, sin saber nada. Y ni siquiera avisa, con lo que te encuentras con un armatoste gigante en medio de tu salón porque encima el que hace la entrega dice que no le han pagado por llevarlo hasta el dormitorio!
    Tengo mis dudas acerca de cuál de los dos maridos es más "especial". Jajaja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy, pues eso sí que es emocionante... ;-)
      No sé yo, con cuál de los dos me quedaba... estos hombres...

      Eliminar
  8. Todos somos muy especiales, por cierto em encanta tu dibujito, bueno me encantas toda tú!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué maja eres!
      A mí un poco menos de "especialismo" en mi marido tampoco me importaba... ji ji ji

      Eliminar
  9. Pues sinceramente, casi prefiero lo que hace el tuyo que lo que hace el mío. Para comprar una tele pequeña para la habitación ha estado un año! Te puedes creer que lo mira y remira todo mil veces? opiniones, precios, tiendas online, físicas... y descubre otra que está aun mejor, y la anterior ha bajado y qué guay, y he visto esto aquí... vamos, que me da por saco q no veas porque le da demasiadas vueltas. es un pesado! Ya ves, cada uno tiene su peculiaridad, jaja.
    El dibujo una preciosidad (lo he visto en el otro blog)

    ResponderEliminar

No te cortes, dime lo que piensas...