martes, 28 de julio de 2015

Ese loco bajito...

Mañana cumple cuatro años uno de mis locos bajitos. El más loco y más bajito, para ser más exactos. Cuatro años. No imagináis lo increíble que me resulta. Ya sé que es un topicazo, pero es que realmente me parece que fue ayer cuando nació. 

En estos cuatro años ha sabido hacerse su propio hueco, a pesar de que todos sabemos que ser el segundo es un asco. Con sus ojazos azules y su pícara sonrisa ha sabido ganarse sus propios títulos. No cabe duda de que es el comediante de la familia, a muecas no le gana nadie, ni a payasadas, ni a golpes que nos dejan a todos con la boca desencajada de la risa. Aunque también es el campeón de la furia y la cabezonería. 

Pero bueno, así son las grandes personalidades, intensas hasta el extremo. Es el que más ríe y el que más llora. El que más disfruta, el que más se aburre, aunque también el que más cede y el que mejor comparte. 

Las circunstancias de la vida han querido que mañana no tenga un macro cumpleaños como otras veces, pero tendrá lo que para él es realmente imprescindible: la risa fácil de su hermano, alguna chuche y unas velas para soplar. Y para qué queremos más.

Felicidades pequeño.  


sábado, 25 de julio de 2015

El lector del tren de las 6.17. Uno al mes

A lo largo de este mes he tenido muchísima suerte y me he leído unos libros estupendos. Elegir únicamente uno me ha resultado imposible, así que me he decantado por dos, que tienen un clarísimo denominador común:



El lector del tren de las 6.27h.
Esta breve reseña se podría titular: un pequeño e inesperado tesoro.

Elegí este libro prácticamente al azar, en apenas minutos, cuando me iba de viaje y caí en la cuenta de que no tenía nada que leer.  Ni siquiera leí la sinopsis, me dejé llevar por el título. Sin más. Mi única pretensión era tener algo que hacer durante las siguientes cuatro horas.

¿Y qué suele ocurrir cuando nada buscas? Pues que lo encuentras todo.

Este libro es una de esas pequeñas joyas con las que te topas muy de vez en cuando. Es cortito. Creo que el autor ni siquiera tuvo grandes pretensiones con él. Sin embargo, en sus escasas páginas he encontrado momentos de ilusión, de ternura, una prosa impecable, personajes de los que encariñarse, hasta algo que hizo que por un momento me quedara con la boca abierta…

Por supuesto me lo ventilé durante el viaje ¡fui incapaz de levantar la cabeza en todo el trayecto!

Muy recomendable para pasar una agradable tarde veraniega, y si es en una hamaca a la sombra, pues tanto mejor.


La chica del tren
Si el libro anterior lo elegí por urgencia, éste lo elegí por precio. La razón fue tan simple y banal como que lo encontré de oferta.



A pesar de compartir hilo conductor con el anterior (el tren), no tienen nada que ver. Éste es un thriller trepidante que te atrapa de principio a fin. No es que quieras saber qué pasa, es que consigue que NECESITES saberlo.

La estructura es, además, muy original: Una misma historia contada desde la perspectiva de tres mujeres distintas. Por momentos es muy duro, con algún pasaje incluso desgarrador, pero tan bien narrado que, aunque duela, no puedes parar de leer con ahínco.

Una lectura fácil y entretenida,  perfecta para las vacaciones.






"Uno al mes" es una iniciativa de Mamás Full Time y estamos ansiosas por ampliar nuestro club de lectura, ¡anímate a participar!






viernes, 17 de julio de 2015

Natación

No es la primer vez que os hablo de las clases de natación de mis hijos. 

Dos días por semana, repito, dos días por semana, tooodas las semanas de tooodos los meses del largo, larguísimo curso. Nada más y nada menos. Más de ochenta veces preparando las mochilas el día anterior, organizando las meriendas, corriendo de acá para allá, sudando en el vestuario (dios, qué horror el momento vestuario), poniendo bañadores, colocando tapones, ajustando gafas, saludando por el cristal, buscando chanclas en objetos perdidos, deshaciendo mochilas, lavando bañadores, tendiendo toallas... Todo multiplicado por dos.

Un infierno en vida.

Pero entonces llega el verano y ves como tus dos micos se tiran a la piscina sin miedo, disfrutando del agua y nadando cual pececillos, y tu mente hace un flasheado que te obliga a reconocer lo que es, sin duda, evidente: el esfuerzo merece la pena.



lunes, 13 de julio de 2015

Migueladas...

Definitivamente, mi hijo Miguel es un filósofo...






martes, 7 de julio de 2015

Cada uno tiene su tara...

Este dibujín está dedicado a mi amiga María, la única persona en el mundo que soporta mis rarezas a la hora de ir de compras...