viernes, 25 de octubre de 2013

Gracias señor Wert

Estimado señor Wert,

Le escribo para darle las gracias, aunque le parezca imposible que alguien pueda hacer algo semejante. Ya sé que siempre se dirigen a usted para echarle en cara su desastrosa propuesta de reforma educativa. 
Soy consciente de que no recibe usted más que reproches por la pésima gestión que está haciendo al frente de su Ministerio. Que la gente le abuchea por el 21% de IVA en la Cultura, por los recortes y el intento de desmantelamiento de la Educación Pública.

No se me escapa, señor Wert, que hasta le recriminan su actitud altiva, prepotente y chulesca. 

Pero como le decía a principio, hoy está usted de suerte. Yo no le voy a reprochar que se haya cargado el sistema de becas que permitía a muchos jóvenes sin recursos acceder a una Educación Superior, no señor, tampoco le voy a recordar hoy la subida de tasas universitarias del 65% en Madrid en los dos últimos años. 

Hoy, señor Wert, quiero decirle alto y claro: Gracias.

Ayer usted consiguió que me sintiera poderosa. Y esa, señor Wert, es una sensación fantástica.

Me sentí poderosa porque comprobé cómo en la Escuela Pública Infantil de mi hijo pequeño la huelga tuvo un éxito sin precedentes. Me sentí poderosa porque también en el Colegio Público del mayor el seguimiento fue enorme.

Me sentí poderosa porque por la tarde acudí a la manifestación de Madrid, en compañía de otros padres y madres y de profesores de los centros públicos de nuestro barrio. Me sentí poderosa porque llevamos con nosotros a nuestros hijos, y no fueron a una fiesta de cumpleaños, señor Wert, como a usted le gusta decir, fueron a ver cómo sus padres luchan por su Educación, por su Futuro, en definitiva.

Señor Wert: Gracias. Ver tanta gente, porque le aseguro que éramos mucha gente, apoyando y luchando por una Educación más libre, más laica, más igualitaria y mejor, me hizo sentir poderosa.

Me sentí poderosa por pertenecer a ese grupo de gente que cree que usted no lo está haciendo bien, pero que al mismo tiempo sabe que usted no estará ahí para siempre, y que llegará el momento del cambio.

Por todo ello, señor Wert, sin ánimo de menoscabar su "portentosa humildad", con esta misiva le quiero dar las gracias y, a la vez, recomendarle que no se emocione. Porque sentirme poderosa no ha conseguido que me olvide de todo lo que nos está haciendo. Y lo que nos está haciendo, señor Wert, y no lo digo yo, que ya sabe que hoy no le voy a decir nada malo, se lo dice todo el mundo, es una auténtica vileza.

Atentamente.














lunes, 14 de octubre de 2013

Si fuera...

Hace poco di con este blog que me cautivó desde el principio: Srta. Ruthenmeyer te cuenta... 
Su autora y yo tenemos bastante en común y me gusta su estilo tan directo y sin artificios. Ella fue quien puso en marcha esta iniciativa del "Si fuera", y ahí voy yo que me lanzo...





miércoles, 2 de octubre de 2013

Conversaciones mamá-miguel

O de cómo no hay forma de atar cabos...