lunes, 1 de julio de 2013

Nuestro Dylan particular...

Justo antes de dar por finalizado el curso fuimos convocados a una reunión de padres en la clase de Dani. Teniendo en cuenta que en casa le llamamos cariñosamente el Dothraki, yo iba, cuando menos, dispuesta a sentarme en una esquinita, estar muy calladita y negar cual San Pedro que ese salvaje fuera mi hijo. 

Pronto salió el tema de las manos voladoras, los mordiscos recurrentes y la gran novedad de este año, el trending topic de las relaciones fraternales en mi casa: los tirones de pelo.

Cuál fue mi sorpresa cuando, no sólo ni la profesora ni ninguno de los demás padres lanzaron su mirada acusadora hacia mí, sino todo lo contrario, pues tales juergas se ve que no se estilan sólo en mi salón, sino que son el día a día de la clase de mi dothraki, digo, mi pequeño. Vamos, que todos le dan al valetudo

Es más, descubrí, completamente atónita, que mi hijo lejos de ser el matón de la clase como yo me temía, es  sin duda, el más popular. Así, como lo leéis, como los guapos de Sensación de Vivir en nuestros tiempos mozos. Todos quieren jugar con Dani, todos quieren abrazar a Dani, y por las tardes, en sus casas y en sus parques, siempre tienen a Dani en la boca.

Y para que realmente me creáis, os contaré que el otro día saliendo con los dos canijos de natación, y llevando Miguel, el mayor, una camiseta de la Escuela, oí cómo un padre le decía a su hija señalándole: 
- Mira Paulita, ese niño es de tu Escuela. ¿Sabes cómo se llama?
- Pues ese no, pero el otro, el más pequeño sí, se llama Dani....

Ay Señor, nos ha salido un Dylan en la familia!