domingo, 29 de julio de 2012

Un año de amor


Me hubiera gustado escribir un larguísimo y ñoñísimo post para celebrar tu primer cumpleaños. Quería recordarte cómo llegaste a la vida una mañana bien tempranito, con los ojos muy abiertos y mucha mucha hambre. Cómo desde el primer día fuiste un niño buenísimo. Cómo has aceptado todos los cambios sin rechistar, adaptándote a todo sin una queja ni una lagrimilla. Quería contarte, con palabras tiernas y bonitas, la pena que sentí al dejarte en la guarde el primer día. También lo mucho que te quiere tu hermanito, lo bien que ha aceptado tu llegada y lo mucho que le gusta jugar contigo y hacerte reir.

Quería escribirte lo bien que nos haces sentir cada vez que te miramos a esos preciosos ojazos, que son como mirar hacia el mar. La risa que nos da ver tus dientecillos de conejo cuando sonríes, o ese cuerpecillo blanquito como la nieve.

Pero ya sabes que a mí los relatos moñas no me salen. Aunque lo intente, o puede que precisamente por intentarlo, no me salen.

Así que te voy a contar, a mi manera, por qué llevo un año enamoradita de ti. 

Me tienes loquita porque si fueras un juguete, serías un peluche achuchable, como los que a ti te gusta abrazar para dormir. Porque cuando estás que te caes de sueño y te pones un poco pesadito... nada como plantarte un muñeco sobre la cara cual alien enganchado a ti. Infalible, caes rendido.

Me gustas porque si fueras un animalito, serías una mezcla de mono por lo simpático, de tigre por lo valiente y de koala por lo tierno. Hasta tendrías un poco de largartija por lo que te revuelves cuando te cambiamos.
Si fueras una comida serías una comida casera, de esas hechas con cariño, tiempo y paciencia. De las que no te importa repetir al día siguiente y que, al verla, te dan ganas de mover los brazos y las piernas a lo loco, como haces tú cuando tienes hambre y ves llegar el puré, o incluso ponerte a gritar sonidos imposibles si ves que sirven primero a otro....

Me encanta pensar que, si fueras una estación, serías el otoño. Días tranquilos que pueden tornarse desapacibles en cuestión de segundos... Como cuando a ti te quitan un juguete, algo no te sale como esperas, o tu hermano se interpone en tu camino y dejas libre al geniecillo que llevas dentro y esa fuerza bruta que tu cara de angelito esconde. Que estás hecho un torete... Pero lo mejor de todo es que, al igual que un temporal en otoño, en cuanto acaba, y acaba rápido, la calma lo invade todo...


Si fueras una ropa, serías una bufanda de lana calentita y con olor a suavizante de esas que te reconcilian con el frío y ajustas mucho mucho al cuello para sentirla bien cerquita.

 Me gustas porque si fueras un lugar, serías un campo con mucha luz, amplio horizonte y suave brisa, al que siempre apetece ir, sea el día que sea, y aunque tardes horas en llegar.


Estoy enamoradita perdida de ti porque me chifla tu manita diciendo hola, tus conversaciones metralleta  "ta-ta-ta-ta-ta" y tu capacidad para volverte imprescindible.

Por todo eso, por cómo has llenado nuestras vidas y por tantísimas cosas, entenderás, como dice la canción... en un solo momento, qué significa... un año de amor.



jueves, 26 de julio de 2012

Érase una vez...

A mi canijo mayor le encantan los cuentos. Desde muy pequeño se queda totalmente embobado mientras los escucha, abriendo mucho mucho los ojos y hasta la boca cuando se mete de lleno en la historia.

Le gustan casi todos, aunque como es normal, tiene sus preferencias. En su top ten tiene sin duda "El patito feo", me va a salir social el pequeñajo. Le impresiona mucho que al patito lo rechazaran sus hermanitos e incluso su madre. Cuando llegamos a esa parte él nos mira contrariado, como si fuera algo que escapara a las Leyes Universales. La verdad es que, como casi todos, es un cuento la mar de cruel. En su versión extendida hasta se encuentra con otro grupo de patos ¡que se lo quieren comer! No imaginaba tanta maldad en el mundo patil.

"Los tres cerditos" ha sido también un gran éxito durante el invierno. Cuando el lobo aparece por primera vez en el cuento, él dice siempre y sin excepción: "pero no pasha nada..." y entonces nosotros le adelantamos que al final los tres cerditos se salvan y el lobo huye, y entonces ya podemos continuar con el relato. Hasta que no le confirmamos que efectivamente no pasha nada, él no se queda tranquilo. A mí los cuentos me generan mucha tensión porque entran en conflicto mis creencias y al final me enredo para salir de los atolladeros en que me meto por no traicionar mis principios. Porque si el lobo se quiere comer a los cerditos será porque el lobo es malo, ¿o será porque gracias a los hombres ya no encuentra comida en su hábitat natural? … ay, si es que yo solita me meto en cada fregao

Otro que tenemos muy trillado es "La ratita presumida". Le gusta sobre todo el interminable desfile de animalitos y bichejos que pasan por su puerta con los consiguientes sonidos que hace cada uno de ellos. 

Leer los cuentos también le gusta, aunque resulta totalmente agotador porque pregunta una y otra,  y otra, y otra vez los nombres de todos y cada uno de los personajes. No se deja ni uno. Da igual que sean protagonistas, secundarios, figurantes, mero relleno de la ilustración... del consabido "¿éte cómo se llama?" no nos libra nadie. Evidentemente acabamos inventándonos los nombres, pero hay que tener cuidado, que es muy listo y se acuerda del que le has dicho, no le das gato por liebre diciendo cada vez un nombre distinto. Además, como suele leerlos por la noche al irse a la cama, y nuestro encefalograma cerebral suele estar ya plano, no se nos ocurren ya ni nombres corrientes, y acabamos recurriendo a otros más... cómo decirlo.... "singulares": Eustaquio, Ataúlfo, Eduvigis... que ni en el pueblo del anuncio de Aquarius.

Cuando él los cuenta, bueno, lo de que los cuenta es un decir, dejémoslo en, cuando él hace el intento de contarlos, siempre empieza igual, con un tonito jovial la mar de gracioso canturrea: "Un día...."

Lo mejor de todo es que se queda con detalles de lo más sorprendentes. En eso ha salido a su padre, que de las películas sólo recuerda la secuencia más absurda, como de El Paciente Inglés, la de cosas intensas que pasan y lo único que recuerda de casi tres horas de peli es el leñazo que se da la chica al salir de un cine, pero bueno, a lo que iba, que el canijo ha salido igual. El argumento es incapaz de repetirlo, pero tras escuchar el cuento de "Pulgarcito", impresionado por el ogro que casi se lo come a él y a sus hermanos, va por la vida gritando para chanza general: "Aquí huele a carne frescaaaaaaaaaaaa".

Y colorín colorado, este post se ha acabado.






martes, 17 de julio de 2012

Necesito un karma nuevo...

¿Imaginas contratar una empresa de obras y que resulten chapuceros y poco profesionales y por la reforma del baño tu vida termine siendo un infierno? ¿Imaginas que decides comprar la mampara del baño en otro sitio, que la traen equivocada y que la tienda entra en quiebra justo cuando vas a devolverla? ¿Imaginas que, ya harta, confías en otra empresa para terminar el trabajo y acabas con un grifo torcido y los enchufes a medio terminar? ¿Que te sale un papiloma y el podólogo no te lo detecta? ¿Que compras un aire acondicionado que suena más que una traca valenciana?

Pues estas son sólo algunas de las cosas que le han pasado a mi amiga María durante este año. Y lo malo es que aún estamos en julio... me asusta pensar si sobrevivirá hasta diciembre.

Podría parecer que se dedica a pasear bajo escaleras, que se deja las tijeras abiertas todos los días, que apoya el bolso en el suelo... Es posible que haga alguna de estas cosas, pero yo tengo otra teoría: ha destrozado su karma.

Pasional por naturaleza, se ha dedicado a fantasear con los usos del  Napalm sin ningún control ni rubor. Se ha estado acordando de la madre, el padre y toda la genealogía de políticos, jefas, ex-amigas, dependientas, funcionarios indolentes y todo bicho viviente que, dicho sea de paso, un tirón de orejas merecían... pero claro, de eso, a dejarte el karma por ellos...

Últimamente sus whatsapp suelen comienzar por: "Necesito un karma nuevo"... y entonces ya sé lo que me espera: El profesor de excel ha resultado un fiasco, se ha mareado en la ida y en la vuelta del último viaje, tiene que devolver la falda que compró el último día...

Además es de las que tienta la suerte. No conforme con lo que ya le viene de la vida misma, ella busca la aventura. Se apunta a tratamientos de belleza gratuitos en los que le pinchan líquidos raros en la tripa  que hacen que al día siguiente esté doblada de dolor, a cursos supuestamente por la cara sin preguntar si quiera el contenido... Definitivamente es una kamikaze.

A mí me encantan sus historietas y chincharle con que su karma ya está herido de muerte, que ya no tiene cura y que no tendría vida suficiente para recuperarlo. Ella parece que reflexiona un poco, muy seria, como afectada, pero en seguida le cambia la cara y suelta alguna lidenza del estilo a: "Pues prefiero el karma hecho una piltrafa antes que %6$/&%¡#!...."  Genio y figura. Y a cruzar los dedos. Por si acaso.